No ni ná
La mentira de Doñana
Al parque le falta ahora agua y memoria. Lo primero lo pueden solventar unas borrascas pero lo segundo es más peligroso
Con todas las lágrimas que están vertiendo las nuevas plañideras del ecologismo de carril sobre la presunta defunción inminente de Doñana se podría regenerar un acuífero del parque para que, al menos, haya recursos hídricos suficientes con los que asegurar las duchas del importante séquito ... que trae el presidente del Gobierno cuando viene a usarlo como su particular 'ciudad de vacaciones'.
Son, evidentemente, lágrimas de cocodrilo, especie invasora para un espacio natural ancestral que se ha conservado a pesar de sus colmillos y que resiste al uso ideológico que ha hecho del mismo ese lobby europeo al que siempre se recurre para reeditar el apocalíptico argumentario de que una derecha montaraz y contaminante quiere acabar con la reserva de la biosfera para venderla por parcelas para hacer pisos, aunque el promotor de aquella Costa Doñana, antaño polémica, fuera un alcalde socialista.
Doñana reaparece en el discurso político cuando no llueve ni hay nada mejor que ofrecer al electorado de izquierda, tan sensible. Al parque le falta ahora agua y memoria. Lo primero lo pueden solventar unas borrascas, como tantas veces, pero lo segundo es más peligroso porque pretende silenciar a los que saben de la historia del parque, de la convivencia con su entorno y no tienen que escenificar que este paraíso es parte de sus vidas y de su futuro.
Si tan mal está Doñana habría que preguntarse por qué no le piden cuentas a tantos organismos oficiales como llevan el apellido del parque, entes científicos y políticos que viven del mismo como aberronchos a nómina y que tendrán que explicar algún día dónde estaban cuando el Gobierno central retrasaba la ejecución de las obras del trasvase que tiene que evitar que se consuma agua del parque en los regadíos de la zona o en Matalascañas, obras declaradas urgentes por el mismo Gobierno que las dilata en el tiempo. ¿Dónde estaban cuando había que reclamar al Estado la depuradora de la playa?
La Junta de Andalucía ha venido a restablecer a los agricultores del Condado el derecho que tenían a ser reconocidos como tales, a salvarles del engaño al que durante muchos años les ha sometido el PSOE andaluz alineado ahora con ese Gobierno sanchista tan desleal que es capaz de hacer campaña contra Andalucía en Bruselas y alinearse con el lobby interesado en fomentar campañas contra los frutos rojos de Huelva con tal de fabricar el argumentario simplón de la derecha antiecológica. Un Gobierno cuyo presidente usa Doñana en los mítines del partido más allá de Despeñaperros para decir que «no se toca», algo que no puede hacer aquí donde sabemos que su mayor interés en el parque ha sido hasta ahora cambiar las cortinas del Palacio de las Marismillas.
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