No NI ná
El día de la paz
La paz requiere un cuidado permanente y es quebradiza, como sensible el blanco que la simboliza
Qué difícil la paz en nuestros días. Guerras lejanas, como las de Gaza o Ucrania, nos alertan de una convulsión internacional de consecuencias imprevisibles. En la cercanía, la polarización en cualquier asunto nos advierte de que ni la paz ni el consenso parecen un objetivo ... de quienes deberían tenerlo como imperativo en su responsabilidad. Más bien, en determinados casos, son tratados como un engorro por los que desde el populismo iliberal quieren dividirnos en bandos estabulados, incluso hasta cuando se trata de discutir sobre el cartel de la Semana Santa.
La paz requiere un cuidado permanente y es muy quebradiza, como sensible es el blanco que la simboliza. Preservarla es un objetivo común irrenunciable para una sociedad que se considere justa y democrática. Y en eso no puede fallar la memoria. Mal nos irá si no nos proponemos siquiera buscar la paz de las víctimas y la justicia para los violentos. Y hasta eso estamos olvidando en lo que nos queda de la España que un día quiso dejar atrás la herida de su guerra civil a través de la concordia.
Hoy, el mismo Gobierno que reclama la memoria de los represaliados del franquismo de la España guerracivilista, procura por todos los medios relativizar el terrorismo que ha sufrido este país durante la etapa democrática. Relativiza construyendo un relato ad hoc en función de sus necesidades: rebajar las penas a los sediciosos, malversadores y rebeldes catalanes, para sumar a la investidura de Sánchez a los independentistas, o acercar a los presos y dar las competencias en la materia al País Vasco cuando se trata de la banda terrorista ETA, cuyos herederos políticos son ahora tratados como socios del Gobierno español.
Hoy se cumplen 26 años desde que ETA asesinara en la calle Don Remondo al concejal Alberto Jiménez Becerril y a su esposa, la procuradora Ascensión García. La hermana de Alberto, Teresa, adjunta al Defensor del Pueblo, volvía ayer a zamarrear la conciencia de este país cuando recordaba que todavía se celebran homenajes a los asesinos de su hermano como afrenta a las víctimas del terrorismo.
Hoy es también el día escolar de la No Violencia y la Paz. Y con ese motivo la Junta de Andalucía incluirá entre las actividades docentes de colegios e institutos un recuerdo al terrorismo y sus víctimas como materia de estudio. Es triste que los jóvenes de este país desconozcan quién fue y cómo murió Miguel Ángel Blanco. Por eso es necesario recordar. Para que los jóvenes no olviden que Ascensión García llevaba tres claveles blancos en sus manos, uno para cada uno de sus hijos, cuando fue acribillada a tiros a pocos metros de donde dormían los niños. Esas tres flores, que tendrían que haber llevado a la escuela una mañana como la de hoy, representaban la paz que construían sus padres, la blancura que aborrecían sus asesinos.
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