Tribuna Abierta
La radio de la Iglesia
El impulso de un dominico osado, José Luis Gago, transformará unas emisoras sin medios, ni futuro, en una cadena competitiva
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'El debate' publicaba el 21 de diciembre pasado un artículo firmado por Matilde Latorre Silva en el que ensalzaba al dominico José Luis Gago, fallecido en 1912, como pionero en la evangelización a través de los medios de comunicación. (Radio incluida, interpreto).
Fue uno ... de los fundadores y directores de la cadena Cope, las emisoras de radio de la Conferencia Episcopal Española y se le atribuyen diversos méritos entre los que figura el mencionado de pionero y se añaden los de reunificador de las emisoras eclesiásticas hasta conseguir una importante empresa y contratante de las grandes estrellas de las ondas: Luis del Olmo, Encarna Sánchez, Fermín Bocos, José María García, Antonio Herrero y Carlos Herrera para hacer que esta cadena radiofónica resultase atractiva para los oyentes, subiese la audiencia y fuese considerada rentable para la inversión de publicidad.
En 'Aproximación al origen de la COPE. La radio parroquial en Sevilla' publicado en la Revista internacional de comunicación, 1979, Nº. 40, 201, Pedro Domínguez Fernández insiste en esta idea y en la correlativa atribución de primacía.
El impulso de un dominico osado, José Luis Gago, transformará unas emisoras sin medios, ni futuro, en una cadena competitiva.
Nada de eso se niega aquí. Estas líneas no pretenden restar sino restituir. Porque antes que él trabajaron con la misma ilusión diversos jesuitas y, en cabeza de todos, el padre Manuel Linares Mejía con Radio Vida.
Y la reunificación de las radios parroquiales no puede minusvalorar el papel desempeñado por esta emisora, ni el de su director, ni la primitiva cadena de emisoras de Radio Popular
Todo esto no puede meterse en el mismo saco. No puede equipararse con una triste emisora parroquial nada menos que a la influyente Radio Vida convertida en casi el único medio de comunicación de masas en ausencia de la televisión en aquella ciudad de principios de los años 50 en la que Radio Sevilla y Radio Nacional eran las únicas emisoras que se podían sintonizar.
Radio Vida nació el 26 de febrero de 1955 como fruto de la gestión de este sacerdote, el padre Linares, que agrupó para ello a un grupo de universitarios sevillanos entre los que destacaba Estanislao Castelló Blanca, radiofonista aficionado que poseía una emisora de las autorizadas de quinta categoría, empleadas en la época a modo de comunicación inter personal, pero no para radiodifusión.
Castelló ofreció su equipo radiofónico al padre Linares. Se instaló en la planta alta de la calle Trajano 35 donde se hallaba el cine club de la Congregación con el poste emisor sujeto al barandal de la azotea del edificio construido por Aníbal González. Y fue el Cardenal Bueno Monreal, entonces arzobispo coadjutor de Sevilla, con derecho a sucesión, quien la autorizó el 20 de mayo de 1955.
.En aquella época, cuando el país trataba de acomodarse a la situación posterior a la guerra fratricida, el Sindicato Español Universitario, SEU, lo habían instalado en la calle Cuna en un edificio que se alzaba casi frontero al cine Pathe en el que, en su planta baja, había un bar con precios módicos para estudiantes, un salón con mesas de billar y futbolines y otros elementos recreativos.
En la última planta estaba una biblioteca con silencioso espacio bien dotado para la lectura y el estudio. Y allí donde yo me refugiaba habitualmente para preparar mis clases conocí a Estanislao que preparaba las suyas y con el que pronto trabé amistad al compartir ambos la afición a la radio.
Castelló era radioaficionado y un día viví con él la experiencia de conectar en español e inglés con otros usuarios a miles de kilómetros de distancia.
En la comunicación sonora de entonces, el partido que imperaba en el Régimen disponía de varias cadenas de emisoras: estaban la REM, Red de emisoras del Movimiento, la Car, cadena azul de radiodifusión, la CES, cadena de emisoras sindicales... pero la Iglesia no tenía nada.
¿Por qué no llenar este hueco?... se preguntó Estanislao. Y, a partir de entonces, empezó a trabajar en el proyecto.
Castelló se hizo acompañar de otro técnico, Manolo Hernández, y ambos, ofrecieron al Padre Linares una pequeña emisora de 50 W. La llamaron Radio Vida porque con esta palabra empezaban todos sus programas: Vida de espectáculos, Vida Misionera, Vida de la Ciudad, Vida Laboral...
Se instituyó como emisora oficial de la Iglesia y desde el 9 de noviembre del año siguiente transmitió con una longitud de onda de 273, 5 metros equivalentes a 1097 kilociclos con potencia de 2 kilovatios dando comienzo a sus emisiones a las 13,30 de cada mediodía y finalizando a la 1 de la madrugada del día siguiente.
Se intuía que todo aquel que quisiera recibir una información veraz y no modificada por el poder, tenía que sintonizar Radio Vida.
Con esta emisora y con los mismos gestores se puso el germen de las emisiones en cadena. Era el 27 de febrero de 1971.
Radio Vida, ya Popular, había trasladado sus estudios al 24 de la calle Vírgenes, y se erigió en cabecera de una red de emisoras que fue la primera cadena de radio de la Iglesia y organizó y dirigió el jesuita Jesús Montero Tirado,
El grupo lo conformaban las emisoras Radio Popular de Sevilla, Córdoba, Granada y Jaén. Y tan bien funcionó y con tanto acierto las dirigió Montero Tirado que otras se unieron a él.
Andalucía, por tanto, se anotó también la primacía en esta aportación fundamental a la radiodifusión de la época, antes de ser la Comunidad Autónoma que es hoy.
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