Episodios locales
Baño de masas de Franco en la Feria de Sevilla
En mayo de 1943, Franco visitó Sevilla con la excusa del Concurso Regional de Ganados e Industrias Pecuarias para reafirmar su autoridad y borrar de la memoria al 'virrey' Queipo de Llano
El origen de la Feria de Abril de Sevilla
¿Qué pasó el 5 de marzo de 1847 en Sevilla? El decreto de Isabel II que dio origen a la Feria de Abril
![Franco, con uniforme militar, en el coche de caballo durante la Feria de Abril de 1943](https://s1.abcstatics.com/abc/www/multimedia/sevilla/2024/05/02/ba%c3%b1o-masas-feria.jpg)
La historia no es nueva; gobernantes aclamados, baño de masas, culto al líder, populismo barato de tres al cuarto ya los hemos visto muchas veces por estos lares. Franco, sin ir más lejos, en mayo de 1943, cuando Queipo de Llano estaba a punto ... de pasar a la reserva, convenientemente opacado. El dictador buscaba lo que todos los totalitarismos ansían: «Los sevillanos han reiterado, emocionados y vibrantes, esa inequívoca manifestación de adhesión inquebrantable». Así que fraguó una visita a Andalucía con diversas excusas pero un solo objetivo: reafirmar su autoridad ante el pueblo borrando el recuerdo del 'virrey' Queipo. En Sevilla vino al Concurso Regional de Ganados e Industrias Pecuarias que se hacía coincidir con la Feria de Abril. También asistió a la bendición de la factoría textil de Hytasa en El Cerro del Águila, si bien llevaba en funcionamiento desde dos años antes.
No faltó de nada en la quinta visita de Franco a Sevilla desde 1936: cena de honor en Dueñas, homenaje en San Miguel de Montelirio, paseo por la Feria en landó, agasajo en las casetas del Ejército y de la Armada… Hasta el cardenal Segura lo cumplimentó en el Alcázar. El 1 de mayo partió la comitiva de El Pardo, como relataba Giménez Caballero en el periódico del martes 4 bajo un titular de seis líneas que haría las delicias de cualquier autócrata (aunque no tenga a mano un diccionario): «Ufano por tener consigo al egregio liberador de la Patria, el pueblo sevillano, henchido de espontáneo fervor, aclama su paso con íntimo sentimiento de gratitud por su obra y cordial alegría por su visita». Ahí queda eso.
La inauguración del certamen ganadero (caballos, vacas, ovejas, cabras, cerdos y 16 conejos) el domingo 2 de mayo dio paso a la visita a la Feria de Abril, entonces en el Prado de San Sebastián, que el periódico describía de la siguiente manera: «Franco, sonriente, visiblemente emocionado ante la apoteósica demostración, llevaba el brazo en alto. El coche iba flanqueado, precedido y seguido por una multitud de caballistas, componiendo el más típico guión y la más andaluza escolta. Fueron escenas de un elevado patriotismo».
El dictador iba acompañado por su mujer y de su única hija, que montó en la Feria junto a una joven «duquesita de Montoro» que no era otra que Cayetana de Alba. Decía la crónica que «la gentilísima Carmencita Franco salió en dirección al ferial, montando precioso caballo blanco. Vestía Carmencita chaquetilla corta y tocaba su agraciado rostro con sombrero de ala ancha puesto con mucho 'salero'».
A los cronistas se les agotaban los ditirambos conforme se acumulaban los recibimientos, las loas y las lisonjas al jefe como sucedió con la visita a la fábrica de Hytasa: «La despedida tributada a Franco fue apoteósica. El personal obrero se precipitó hacia la puerta en avalancha, vitoreando al Caudillo hasta enronquecer. El Generalísimo, sonriente, contestó a las efusivas manifestaciones con el brazo en alto. En la calle, el público que esperaba la salida engrosó considerablemente, aclamando al Caudillo con verdadero frenesí». Ayer como hoy.
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