Sevilla al día
Vaciar El Vacie
El modelo de éxito aplicado en 1997 en el asentamiento de San Diego fue realojarlos en viviendas dignas levantadas en el mismo entorno
En Sevilla hay tantas leyendas urbanas como mantras que se han venido repitiendo en el último tercio de siglo. Ahí están las promesas de las infraestructuras que nunca llegan, la solución mágica a una limpieza que se pospone siempre al siguiente trimestre, el distrito 12 ... en la Cartuja, la ampliación de la Feria al Charco de la Pava, la mudanza de los equipos al Olímpico o la terminación del Villamarín y el Sánchez- Pizjuán, la nueva carrera oficial... Hay veces que las eternas promesas acaban por dejar de serlo, bien porque se descarta el proyecto por aburrimiento, o bien porque se acomete aunque de una forma bien distinta a la que se planteaba originalmente, como ocurre con la Ciudad de la Justicia. Pero entre todas esas fábulas que nos han contado siempre ha estado presente la desaparición del Vacie, el asentamiento chabolista más antiguo de Europa, cercano ya a su centenario en la próxima década. Todos los alcaldes, sin excepción, lo han anunciado. Y todos, sin excepción, han fracasado en el intento, si alguna vez lo trataron de llevar a cabo.
En mi infancia en el barrio de San Diego, los que estudiamos en el colegio Hermanos Machado compartimos clase con total normalidad con niños del cercano asentamiento junto a Los Carteros, que vivían en condiciones infrahumanas y aquello acaba generando serios problemas de convivencia. La solución que se aplicó entre 1997 y 1998 fue un éxito. Los chabolistas acabaron siendo realojados en unas viviendas unifamiliares, de nueva construcción, que se levantaron casi en el mismo espacio donde ya residían. Es decir, no se les echó de aquel entorno, sino que se les aportó calidad de vida con casas de propiedad municipal en régimen de alquiler con rentas simbólicas. No sólo se erradicó el asentamiento en apenas un año, sino que aquello supuso la integración de aquellas familias y el final de los problemas de convivencia gracias también a una labor de vinculación con los vecinos de San Diego y Los Carteros, y de acompañamiento.
Aquel modelo de éxito parecía que se iba a replicar en El Vacie. Pero no fue así. Nadie ha podido desmantelar el poblado chabolista todavía porque, a la imposibilidad del acceso al mercado de la vivienda para estos colectivos vulnerables, se le une también el arraigo a la zona donde se han criado generaciones de estos sevillanos y los condicionantes culturales y económicos que tiene vivir en un gueto como el situado junto al cementerio.
Ahora, el alcalde José Luis Sanz ha puesto fecha 'definitiva' para la desaparición de las infraviviendas: marzo de 2027. Pretende reubicarlos tras una labor silenciosa y paciente de concienciación. Permitan que lo ponga en duda porque, si bien es cierto que apenas quedan medio centenar de familias, los precedentes no invitan al optimismo en el reto de vaciar El Vacie.
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