Sevilla al día
Del tararí al tururú
Si ha habido en Sevilla un embuste merecedor del premio al mayor 'Tararí sevillano' es el Plan de Movilidad Urbana Sostenible, alias 'El PMUS'
Cualquier proyecto que se anuncie en Sevilla se acoge ya desde el escepticismo supremo. Nadie se lo cree, toda la ciudad se lo toma a cuento chino del político de turno que viene a vender una burra que acaba convirtiéndose en su propia losa al ... cabo de los años. Todo es mentira en Sevilla, sobre todo si de lo que se trata es cumplir los plazos. Aquí se paran los relojes, como cantan los ripios en los atriles, una especie de tiempo sin tiempo cernudiano que se queda en el espacio hispalense como un eco que retumba sin cesar. Es como esta Cuaresma borrascosa que vivimos y nos confina en una espera que parece no acabar nunca, y ya no nos tragamos más agua porque tenemos las alcantarillas 'abarrotás'.
El otro día me apareció navegando por el Youtube un reportaje del canal Vértice: 'Los megaproyectos de Sevilla que dejan sin palabras a los ingenieros de Estados Unidos'. No tuve más remedio que pinchar ante semejante 'clickbait'. Una voz latinoamericana venía a radiar que la Torre Pelli era un símbolo de la modernidad del sur de España, como la ampliación del metro y la del puente del Centenario... y hasta el Cartuja Qanat. Deduje rápidamente que a los ingenieros americanos le han contado una ojana como las que nos venden cada día los políticos para darnos cuartelillo y mantenernos entretenidos con promesas vacías... sobre todo de financiación.
Pero si ha habido en Sevilla un embuste merecedor del premio al mayor 'Tararí sevillano' es el Plan de Movilidad Urbana Sostenible, alias 'El PMUS', que nos regalaron los socialistas del anterior gobierno local. Nos vendieron el documento, que se aprobó con los votos del difunto Ciudadanos -otro gran tararí de estos tiempos modernos-, como el paradigma de la Sevilla de 2030. No sólo era la piedra filosofal de la gestión del tráfico, sino también incluía el diseño urbano. Un proyecto holístico que se quedó en su propio lexema 'holi', y que acabó convirtiéndose en el meme del también difunto político Juan Espadas.
Porque de la semilla de aquel PMUS no ha salido más que humo. La nada. Todo fue una mentira más que apuñaló nuestra inocencia. Nos contaron que iban a poner en San Laureano un centro logístico de carga y descarga en el Centro para que no entraran los camiones y, desde allí, partieran vehículos eléctricos de reparto. Tururú. Que iban a hacer «cinturones verdes» en las grandes avenidas, que sirvieran de «conectores de los barrios», con «zonas de esparcimiento» bioclimatizadas como el famoso Qanat y la Cruz Roja (uno está abandonado y el otro es una gran alfombra de cemento convertida en paseo marítimo). Tururú. Y el cénit de este camelo socialista fueron los 21 parking para acabar con el gran problema de dónde nos metemos el coche en esta ciudad. Y que iban a hacer cuatro en el perímetro del Centro, uno robotizado en la avenida del Cid que cogería nuestro coche en la puerta mediante un brazo mecanizado y nos lo colocaría en un hueco libre. Tararí que te vi.
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