Sevilla al día

El parque de los mendigos

Hace tiempo que aquella plaza contigua al Corte Inglés se había convertido en el lugar de reunión de los indigentes, donde comen y, sobre todo, beben

Entre la Gavidia y la Concordia hay dos mundos distintos. Hace demasiados meses que dejaron de sonar las voces infantiles en el parquecito que hay delante de San Hermenegildo, uno de los pocos lugares donde los escasos niños que habitan el casco histórico podían jugar. ... Pero ya no lo hacen. Ahora el revuelo de uniformes de los colegios de la zona se ha trasladado a la Gavidia, al monumento de Daoíz, cuyo pedestal y las rejerías -no sin algún herido- se han convertido en el tobogán y el balancín perdidos y donde los padres conviven por las tardes.

Hace demasiado tiempo que aquella plaza contigua al Corte Inglés se había convertido en el lugar de reunión de los indigentes, donde comen y, sobre todo, beben. Ya no hay ningún banco en la Concordia disponible porque todos están ocupados por mendigos que los utilizan como improvisadas camas, que dejan 'reservadas' durante el día con sus pertenencias. La fuente recién restaurada junto a la antigua iglesia llegó a utilizarse este verano como piscina, donde se hacían sus largos. El surtidor de agua potable es su lavadora y los arriates del entorno, sus baños donde hacen sus necesidades... De todo tipo.

Aquella plaza, que es un lugar de tránsito fundamental y que en un futuro formará parte del eje peatonal que irá desde Baños y San Lorenzo hasta la Encarnación pasando por el Duque, es ahora un albergue al aire libre de indigentes. Cada vez son más, hasta el punto de que ya han llegado a ocupar los bancos del parque infantil, e incluso por las noches aprovechan el suelo acolchado de los juegos para el descanso. Aquel espacio, al que antaño venían todos los niños del Centro, hoy está vacío casi todo el día, salvo algunas familias que apuran las compras en El Corte Inglés y se acercan sin conocer la realidad de este espacio degradado.

Porque la Concordia es, además, la zona cero de las obras en Sevilla. A la construcción del hotel en la antigua comisaría, a la que aún le falta más de año y medio para su inauguración, se le unen las obras de la antigua iglesia de San Hermenegildo, que han estado paralizadas durante diez meses. La plaza es hoy un auténtico páramo sin vida, donde los parterres están secos y los árboles talados por la maquinaria que allí se colocó. Urge la reurbanización de todo este entorno, indigno de estar en el corazón de la ciudad, pero sobre todo urge el aumento de la presencia policial en la zona y una labor mucho más profunda de los servicios sociales que atiendan a estos mendigos, que llegan incluso a protagonizar peleas agresivas al competirse la plaza libre de aparcamiento que se queda cada media hora cuando trabajan como gorillas.

Recuerdo cómo el propietario de una heladería de la plaza del Museo se quejaba amargamente del albergue en el que se había convertido la plaza, y donde los clientes salían huyendo al comprobar, incluso, cómo llegaban a masturbarse ante la puerta del establecimiento. Sevilla, la ciudad de los turistas, es también un lugar para vivir, aunque no se note.

Artículo solo para suscriptores
Tu suscripción al mejor periodismo
Anual
Un año por 20€
110€ 20€ Después de 1 año, 110€/año
Mensual
5 meses por 1€/mes
10'99€ 1€ Después de 5 meses, 10,99€/mes

Renovación a precio de tarifa vigente | Cancela cuando quieras

Ver comentarios