Sevilla al día
Metro, no tranvía
El metro, en el casco urbano de Sevilla, debe ir bajo tierra, porque acelera el viaje e impide los atascos
El impulso que la Junta de Andalucía le ha dado al metro de Sevilla es histórico. Nunca antes ha habido una apuesta más decidida por la red completa, ni siquiera cuando se construyó la línea 1, ni cuando en los 80 comenzaron las obras que ... el PSOE acabó metiendo en un túnel sin salida. La gran infraestructura que necesita Sevilla para su salto verdadero (y tardío) al siglo XXI está en marcha, aunque al ritmo que estamos acostumbrados en Sevilla: poco a poco, pero siempre de frente.
La media línea que se inaugurará si nada lo impide antes de 2030 es eso: media línea. Es cierto que con eso nos conformamos, porque menos da una piedra, y aunque aún nos queden cinco años para montarnos en el Prado y llegar un Viernes de Dolores a ver salir Pino Montano. La realidad, teniendo en cuenta la capacidad financiera de las administraciones, que pagan a pulmón estos trabajos sin aportación europea ni privada, es que el ritmo tiene que ser ese.
Por ese motivo es especialmente agradable escuchar a la consejera Rocío Díaz anunciar la actualización de la línea 2, ampliando su recorrido hasta Torreblanca y el Aljarafe, a sabiendas de a que la mayoría de los que aquí estamos quizá se nos acabe yendo ese tren porque partiremos antes al patio de los calladitos. Pero antes de que se afronte ese trazado que debe cruzar el casco histórico y el río por dos veces, la Consejería de Fomento ejecutará el tramo sur de la línea 3, que irá desde el Prado (y Pino Montano si se tiene en cuenta el punto de partida del trazado actualmente en construcción) hasta el hospital de Valme, dando servicio a todos los centros sanitarios principales de la capital, a la Ciudad de la Justicia y al barrio de Palmas Altas, y hasta el futuro del Cortijo de Cuarto.
La buena noticia que hemos conocido esta semana es que esta línea se prolongará a lo largo de tres paradas por el barrio de Bellavista y que irá por la avenida de la Palmera, no por Manuel Siurot como también se planteaba. Sin embargo, aquí está aún en el aire el hecho de que el metro continúe soterrado, como viene desde el Prado y el parque de María Luisa. Algunas alternativas proponen que lo haga en superficie, se entiende que para ahorrar costes.
De tomar esa decisión, habremos condenado a esta línea optando por la opción facilona. Un error histórico como el que se tomó con la SE-30 al no cerrar completamente el anillo desde el Alamillo a la Gota de Leche. Similar al de la construcción del puente del Centenario con sólo dos carriles por sentido, que ahora intentan paliar con una ampliación que no acaba nunca. O enterrando para siempre los túneles de la SE-40 para apostar ahora por un puente que, de momento, nada más que es humo.
El metro, en el casco urbano de Sevilla, debe ir bajo tierra, porque acelera el viaje e impide los atascos. Y, sobre todo, porque si va por arriba no es un metro, sino un tranvía. Y aquí estamos ya cansados de cuentos chinos como el del Metrocentro.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete