SIN ACRITUD
Paga usted
Cuatro de cada diez euros de su nómina se los queda Hacienda para que el Gobierno siga comprando votos
Taxing Wages. Nuestro faro. El único que debe guiar nuestro camino. El auténtico oráculo de la economía mundial. Donde se ponga un informe Taxing Wages, que se quiten los demás. A través de este sesudo análisis, el primer mundo –encarnado en la OCDE– ... ha dictado sentencia: los sueldos en España son una birria, y con esta inflación disparatada, somos uno de los países donde más caro sale comprar una docena de huevos, un litro de aceite, el pan rallado para empanar los filetes de pollo y los yogures de sabores. Y ya ni le cuento si hablamos de un coche o una casa. Un atraco, directamente. Taxing Wages dice que nuestra inflación es de las más altas de España. Y esta gente no se anda con bromas cuando analizan los números. Como dice mi amigo Juan de El Mentidero, nuestro poder adquisitivo «es un mojón mu gordo». Los sueldos, en muchísimos casos, son los mismos o más bajos que hace 15 años, cuando estalló la crisis. Y los precios se han disparado. Eso hace que el Gobierno del estirado Sánchez recaude cifras históricas mientras nosotros no llegamos al día 20 de cada mes. Caldo de cultivo perfecto para poner en marcha todo un conglomerado de subvenciones que nosotros, tiesos como estamos, recibimos con alegría. Descuentos para jóvenes en discos, trenes y autobuses gratis, ayuditas por doquier... misería pura más parecida al comunismo de mediados del siglo XX que a una democracia moderna del siglo XXI.
Taxing Wages lo ha dicho. Tan alto y claro que luego no valdrá decir que nadie nos avisó y que no vimos llegar el abismo de ruina al que vamos de cabeza. Por razones un tanto inexplicables, aún seguimos viendo bares y restaurantes llenos y miles de personas viajando como si no hubiera un mañana. Quizá la explicación venga precisamente por ahí. Tras la pandemia aún queda un poso de «vamos a disfrutar que nunca se sabe». Pero por pura lógica económica eso acabará más pronto que tarde. Los pocos que aún tengan ahorros se los fulminarán. Y vendrá quien sea que mande en la OCDE y dirá con toda la razón aquello de «os lo advertí». Porque otra cosa que nos están advirtiendo es que en esta nuestra España y en este nuestro Gobierno socialcomunista, cuatro de cada diez euros que el propietario de un bar paga a un camarero, se lo queda Hacienda. O de los que le paga Amancio Ortega a los trabajadores de Zara. O el propio Estado a sus funcionarios. O su jefe a usted. Eso es una barbaridad. Una injusticia manifiesta. Y para colmo tenemos que tragarnos esos insufribles anuncios de «no es magia, son tus impuestos» pagados... ¡con nuestros impuestos! Es irritante la manía que tiene la izquierda de creerse moralmente superiores. Unos ladrones es lo que son. Que nos meten todos los días las manos en nuestros bolsillos para luego repartir migajas a su conveniencia política. Taxing Wages lo ha puesto negro sobre blanco, por si nos quedaban dudas. Ahora nos toca a nosotros alzar la voz. O seguir tragando. Y pagando.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete