sábado
El milagro de María
Vimos una imagen inédita: todos los diputados estaban unidos aunque fuera por el dolor
María Díaz Cañete, la joven parlamentaria loreña fallecida esta semana ha vuelto a las alturas azules de su tierra; al lugar donde se ven los árboles de la vega del río como un inmenso ramo de flores verdes con lunares de color naranja. Lora la ... llora y Sevilla lamenta que una persona joven no haya podido vivir los años que se merecía. Es una pena que los diputados no sean más populares entre la gente de la tierra que representa. María era conocida en Lora; vitalista, alegre, pero era una gran desconocida para el conjunto de los ciudadanos de la provincia de Sevilla. Conoces al cabeza de lista porque salen en los carteles. Pero a veces ni eso. Ahí los británicos nos sacan siete cuerpos. Cada uno de sus diputado es la voz de uno de los 650 distritos electorales y de esta manera sí se establece la conexión entre representantes y representados. Pero por suerte o por desgracia no somos ingleses.
La muerte de María llenó de lágrimas el salón de plenos de la cámara pero también produjo un milagro en el Parlamento de Andalucía: que por una vez en no se sabe cuánto tiempo todos los grupos sacaran su rostro más amable y votaran todos una misma cosa. Se trataba solo de retirar los puntos que había presentado cada partido para poder suspender el pleno en señal de luto. Ahí, los portavoces se fueron levantando y expresando cariño a los compañeros de la diputada muerta. Cuánto se echa de menos el tono la actitud constructiva de las palabras aunque solo fueran de pesar. Hemos llegado a un momento en el que los políticos no tienen ideas propias, simplemente ejecutan una estrategia. Puedes estar en contra de la amnistía pero si te lo pide el líder, cambias los principios. Puedes seguir pensando hasta el fin del mundo que Edmundo González salió de Venezuela coaccionado por el gobierno de España, aunque él mismo diga lo contrario. El milagro de María ha sido acabar con este sistema de cosas. Todos estaban unidos en el dolor. Una unidad que ojalá no se vaya con las últimas lágrimas que se han derramado por ella.
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