Un buen futuro para Tablada

Sevilla Este eran 776 hectáreas. Tablada son 367. Si estuviéramos en 1969 y se repitiera la historia de recalificar los suelos del Polígono_Aeropuerto, toda la pandilla, todo el eco-radicalismo, todos los de Tablada verde, los del árbol de San Jacinto y hasta los amigos de la rana verde estarían bramando contra «el pelotazo urbanístico» acuñación empleada ya hasta para el que se construya una choza en medio de jaramagos. Tablada es lo suficientemente inmensa como para que contenga un gran pulmón verde, una ribera del río aprovechable, instalaciones deportivas que puedan aprovechar la parte navegable del río, una playa fluvial, equipamientos y por supuesto viviendas. Tanto de promoción pública como privada. El dogma demoniza todo lo privado, la sanidad, la construcción, la educación... Y en el caso de la construcción no solo la izquierda. Hemos escuchado a dirigentes del PP en la oposición calificar como pelotazos recalificaciones hechas por un gobierno de otro signo. El término se acuñó por la corrupción que se ha vivido a costa del urbanismo. Pero no todo es así. Tablada es lo suficientemente grande para no condenarla a que alli no viva nadie. Miren el caso de la Isla de la Cartuja que está muerta desde que cierra la última oficina hasta que se va el último de la discoteca. Para bajar el precio de los pisos y de los alquileres hay que aumentar la oferta. Y Tablada está ahí pidiendo ya a gritos que cambie su destino.