Comentarios reales
Tintos de Andalucía
Hoy podemos degustar tintos excelentes por toda la geografía española y por eso duele que en Sevilla no conozcamos mejor los vinos tintos andaluces
En una de las estupendas entrevistas que realiza mi compañero Jesús Álvarez, leí cómo Camila Ferraro Marcos —propietaria del restaurante Sobretablas y ella misma creadora de cocinerías— deploraba cómo le damos la espalda a los tintos que produce Andalucía: «Aquí todo es Rioja o Ribera, ... cuando en Andalucía tenemos magníficos vinos blancos y tintos. Nos hemos ido malacostumbrando a estos dos tipos de vino y no salimos de ahí. Y he llegado a escuchar a algún camarero ofrecer un 'Riojita de Cádiz'» (ABC, 28.07.2024), contestaba con gracia la artista. Comparto su desencanto y le alabo el gusto.
No tengo nada contra los caldos de aquellas regiones, pues son estupendos y maravillosos. Sin embargo, su hegemonía en la distribución es tan arrolladora, que apenas le dejan sitio a otras denominaciones de origen. ¿No son exquisitos los vinos de Somontano? ¿Y qué pasa con esos tintos alicantinos de uva monastrel? Me quito el sombrero ante el Juan Gil etiqueta de plata de Jumilla y por cualquiera de los tintos de las bodegas Habla de Extremadura. Y como me reconozco garnachero, me encantan la catalana de Capçanes, la aragonesa de Calatayud y la castellano-leonesa de Zamora. En realidad, España cuenta con unas bodegas extraordinarias y hoy podemos degustar tintos excelentes por toda la geografía española. Por eso duele que en Sevilla no conozcamos mejor los tintos andaluces.
Comenzando por Sevilla, Colonias de Galeón (Cazalla de la Sierra) ofrece una recomendable constelación de tintos que sugiero probar en este orden: Pinchaperas, Colonia, Cantueso, Ermita del Monte y Marrurro. También en la Sierra Norte está La Margarita (Constantina), con dos vinos importantes: Zancúo Selección y Zancúo Roble. Y de Lebrija recomendaría Overo un delicioso tinto de la Bodega González Palacios. Cierro este párrafo con dos tintos onubenses: Vallehondo de Bodega Contreras Ruiz y Versus Mare de Bodega Infante.
Las bodegas malagueñas de Ronda fueron las primeras en demostrar que se podía elaborar tintos de calidad en Andalucía y así empezaré por La Melonera y sus tres maravillas: La encina del inglés, Payoya negra y Yo solo. También quiero elogiar los tintos de la bodega Descalzos Viejos, como Aires. Justa y Rufina. Fuera de Ronda y en la comarca de La Axarquía tenemos la bodega Sedella, que ha rescatado variedades perdidas para ofrecer tres tintos de colección: Laderas de Sedella, Sedella y Sedella las Jacintas. Abrocho este párrafo con dos tintos de la granadina Calvente: Guindalera y Castillejos.
Dejo a Cádiz para el final, porque sus vinos son una genuina epifanía. De la bodega Tesalia destaco Iceni, Arx y Tesalia. La bodega The Wine Hunter ofrece Retinto y las tres variedades de Finca los Pinos; de Huerta de Albalá destaco sus Barbazul y Taberner, y termino con un abanico de la bodega Luis Pérez: Garum, Samaruco, Tintilla y Petit Verdot.
Y que no falten el payoyo viejo, la torta de Los Pedroches o un Loreto de Espartinas, con su regañá más.
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