comentarios reales
Los sin sombrero
Pedro Castillo anunció que gobernaría mediante decretos leyes, quizá inspirado en Pedro Sánchez, que lleva promulgados 132 reales decretos en 4 años de gobierno
Llevo varios días respondiendo entrevistas para diversos medios de comunicación, interesados en la situación del Perú: el autogolpe, la corrupción, el cierre del congreso, las persecuciones judiciales, la redacción de una nueva Constitución y otras anormalidades democráticas que —supuestamente— sólo ocurren en países como el ... Perú. Sin embargo, la mayoría de periodistas que me ha entrevistado ha torcido el gesto cuando he respondido que lo que sucede en el Perú no es muy distinto a lo que pasa en España y otros lugares del mundo.
En el comunicado que leyó, el expresidente Pedro Castillo anunció que gobernaría mediante decretos leyes, propósito que aquí es tenido por autoritario, aunque Pedro Sánchez lleva promulgados 132 decretos en poco más de cuatro años de gobierno. Es decir, que ha promulgado un decreto ley cada doce días, a pesar de que la Constitución española señala que los decretos leyes sólo deben promulgarse en caso de «extraordinaria y urgente necesidad».
Por otro lado, cuando la prensa española me hace hincapié en la corrupción que ha enviado a la cárcel a Fujimori, Humala y Kuczynski; a Toledo a la fuga y a Alan García al suicidio, le incomoda que haga inventario de los políticos socialistas procesados por corrupción, que cite el fraude de los ERE y sobre todo la reforma socialista del delito de malversación, hecha a medida de los chanchullos con fines 'sociales' y partidistas. De hecho, gracias a la reforma del delito de malversación, Robin Hood se convertiría en el nuevo sheriff de Nottingham.
Tampoco hace mucha gracia por estos pagos que compare a los jueces y fiscales peruanos que persiguen las irregularidades de Pedro Castillo con sus equivalentes españoles, convertidos en apéndices de los grupos parlamentarios que los colocaron en los más altos tribunales en recompensa de su docilidad ideológica. O sea, ¿que los magistrados peruanos son una mafia reaccionaria que persigue a un gobernante progresista por sus ideas? Justo lo mismo que dijo Cristina Kirchner cuando la empapelaron, y algo muy parecido al 'toque de atención' que Patxi López propone endiñar a los jueces que dictan sentencias que no le gustan al gobierno, aunque se ajusten a la legalidad.
¿Y qué decir de los deseos de Pedro Castillo por redactar una nueva Constitución? Nada que ayer mismo no haya sugerido ERC para despejar el camino a la independencia de Cataluña, con esa expresión tan elocuente de Pere Aragonès: «si el problema es la reforma de la Constitución y no es la voluntad política, abordémoslo». Si los partidarios de Castillo quieren derogar la Constitución peruana por fujimorista, sus pares españoles desean derogar la Constitución española por franquista. La estructura del razonamiento es la misma.
Las escritoras republicanas que merecieron formar parte de la Generación del 27 son mejor conocidas como «las sin sombrero»; pero los izquierdistas españoles que tratan de alejarse del peruano Pedro Castillo me merecen la misma consideración, porque sólo son «los sin sombrero».
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