Comentarios reales
«Y perdónanos nuestras deudas...»
Las condonaciones de David Graeber nada tienen que ver con los chanchullos que el gobierno ha negociado con Jaén Merece Más o con Junts en Cataluña
Como además de analógico siempre he sido anacrónico, reconozco que siempre me gustó más el viejo Padrenuestro, donde se pedía por el perdón de las deudas. Peligrosa rogativa en tiempos de embargos, desahucios y fiscalidades confiscatorias. Si Dios perdona nuestras deudas, ¿por qué no cunde ... el ejemplo? Pues miren por dónde sí ha cundido el ejemplo, pues el Dios Gobierno ha perdonado las deudas del pecador Ayuntamiento de Jaén —su deuda financiera es la más alta per cápita de España— a cambio de una moción de censura que le permita al PSOE gobernar en Jaén capital.
Como lector del finado antropólogo David Graeber (1961-2020), siempre he admirado su fastuoso estudio 'En deuda. Una historia alternativa de la economía' (Ariel, 2011), donde analizaba los orígenes de las deudas desde la antigüedad hasta nuestros días, para lo cual estableció una diferencia entre crédito y dinero, llegando a la conclusión de que la deuda y el crédito fueron anteriores a la moneda y el dinero. Así, las deudas en dinero fueron reemplazando poco a poco a los bienes en especies, ya se tratara de ganado, cosechas, miembros amputados, esclavos, mujeres, etc. Graeber cargó la suerte en la evolución del crédito y de los sistemas financieros, y los encontró responsables del empobrecimiento social, porque advirtió que la intención de los bancos era que los usuarios aceptaran una existencia más precaria para poder mantener la credibilidad financiera, de tal suerte que los morosos, los insolventes y los arruinados sean percibidos como inmorales y apestados. En resumen: Graeber propuso la condonación de las deudas de individuos y familias para restablecer ciertos principios de justicia que desaparecieron con la hegemonía del capitalismo financiero, que definió como una suerte de «liberalismo sin mercado».
Sin embargo, las condonaciones de Graeber nada tienen que ver con los chanchullos que el gobierno ha negociado con Jaén Merece Más o con Junts en Cataluña, donde la rebaja de las deudas ha sido la moneda de cambio para consolidar el poder u obtener más poder. Graeber fue un científico social de izquierdas que llegó a ser apartado de la enseñanza en Yale por apoyar al sindicato de estudiantes, aunque luego fue contratado por la Universidad de Londres y la London School of Economics. Si el gobierno quisiera condonar deudas según el modelo de David Graeber, podría haber comenzado por los damnificados de la dana, los autónomos de los pueblos arrasados o con las deudas de los ayuntamientos de Utiel, Alfafar, Chiva, Paiporta o Massanassa. Pero no. Ha condonado la deuda catalana —una de las comunidades más ricas y privilegiadas de España— donde la corrupción ha sido el «modus operandi» del nacionalismo, y se ha ofrecido a condonar la mastodóntica deuda de Jaén, para que vuelvan al poder los mismos manirrotos que arruinaron Jaén.
A Graeber le haría gracia ver cómo un presunto gobierno de izquierdas se comporta como los bancos: perdonando deudas para mantener su credibilidad.
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