comentarios reales
Filibusteros del siglo XXI
Los filibusteros del siglo XIX fracasaron porque quisieron gobernar pequeños países, pero los del siglo XXI triunfarán porque ya gobiernan en grandes potencias
A mediados del siglo XIX apareció en Estados Unidos una doctrina conocida como el 'Destino Manifiesto', según la cual Estados Unidos era una nación elegida y predestinada por Dios, para lo cual necesitaba expandirse territorialmente. Fueron los años de la épica del 'Far West', pero ... sobre todo de guerras, conquistas y expolios de territorios mexicanos como Texas, California, Colorado, Arizona, Nevada, Nuevo México, Utah, Kansas, Wyoming y Oklahoma. Impulsados por el 'Destino Manifiesto', Estados Unidos amenazó con invadir Canadá y le declaró la guerra a España, para anexionarse Puerto Rico e influir sobre Cuba y Filipinas. Esta doctrina permeó incluso a los bandos enfrentados en la guerra civil americana y alentó las ínfulas bélicas de aventureros iluminados como el filibustero William Walker (1824-1860), quien invadió con sus milicias privadas Nicaragua, Costa Rica, El Salvador y Honduras, donde fue vencido y fusilado. Walker fue el más conocido de aquellos filibusteros americanos, como Henry A. Crabb y Gaston de Raousset-Boulbon, todos millonarios, todos enloquecidos y todos fusilados en los países que se empeñaron en invadir.
La doctrina del 'Destino Manifiesto' inspiró a Hitler y Stalin, y ahora regresa con Donald Trump —otro millonario iluminado—, quien desde la presidencia de los Estados Unidos rescata la retórica filibustera del siglo XIX para amenazar a Panamá, Dinamarca y Canadá. Si creíamos que el problema era Putin y su deseo de anexionarse Ucrania por la fuerza, las bravatas de Trump sobre la necesidad de apoderarse de Groenlandia porque a Estados Unidos le hacen falta sus recursos no son nada tranquilizadoras. Y China observando en silencio porque si seguimos así, la breva de Taiwán se caerá solita. Los filibusteros del siglo XIX fracasaron porque quisieron gobernar pequeños países, pero los del siglo XXI triunfarán porque ya gobiernan en grandes potencias.
La política contemporánea ha cambiado de paradigma y no somos capaces de dilucidar sus alcances porque el fenómeno avanza en tromba y crece como aluvión. Un tirano como Maduro puede sentirse a salvo y seguro, porque su poder es la envidia de gobernantes como Putin y Trump. Un dictador como Maduro puede sentirse impune y tranquilo porque las izquierdas europeas ya son bolivarianas, y cuando gobiernan procuran replicar su control sobre la justicia y la libertad de expresión. Un déspota como Maduro puede usurpar la presidencia sin mostrar las actas electorales, porque ahora las mentiras forman parte de las campañas, como ha ocurrido con el Brexit y los engaños sobre los pactos con Bildu y la amnistía del secesionismo catalán en España. La política contemporánea ha involucionado hacia el viejo filibusterismo del siglo XIX, porque consiente el uso de la fuerza y la represión, desdeñando la legalidad y la racionalidad.
Cuando Hitler invadió Polonia en 1939 estalló la II Guerra Mundial. Hoy nadie movería un dedo por algo así, pues el personal estaría viendo series o conmemorando la muerte de Franco.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete