tribuna abierta
¿Es reversible la arteriosclerosis?
Se trata de una enfermedad crónica que empieza en la infancia, y si no hay intervención, progresa a lo largo de la vida, e inevitablemente empeora con el tiempo, en ocasiones de forma acelerada
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Hace unas cinco décadas, el rango superior considerado como «normal» del colesterol de las lipoproteínas de baja densidad (cLDL) en los países occidentales era muy superior al actual, dado que se basaba en datos epidemiológicos, y no en aspectos biológicos. El tiempo de exposición acumulado ... de un exceso de cLDL al igual que ocurre con otros factores de riesgo como el tabaquismo, la hipertensión arterial o la diabetes mellitus hace que se modifiquen las estrategias actuales, es más, debemos pensar que un retraso en iniciar un tratamiento para bajar el colesterol está exponiendo a las personas a un riesgo que podría ser evitable.
Esta afirmación publicada en la revista de la Sociedad Española de Arteriosclerosis por mi amigo el Profesor Juan Carlos Pedro-Botet de la Universidad Autónoma de Barcelona, viene al caso para que hagamos algunas consideraciones y recomendaciones
Desde la aparición en 1987 de la primera estatina, la lovastatina, donde se conseguían descensos de hasta el 40% de los niveles de colesterol hasta los de hoy día que se consiguen niveles de cLDL de 50 mg/dl o menos, ha habido un largo camino. El colesterol es una molécula esencial para modular la fluidez de las membranas celulares, el funcionamiento de los transportadores celulares y de los sistemas de señalización intracelular; asimismo, es un precursor de la mielina, las sales biliares, la vitamina D, las hormonas esteroideas y juega un papel clave en el mantenimiento de la impermeabilidad cutánea
La hipercolesterolemia a expensas de la fracción LDL, y su consiguiente acúmulo puede comportar complicaciones graves. En este sentido, la enfermedad cardiovascular (ECV), especialmente la enfermedad cardiaca coronaria y el ictus isquémico aterotrombótico, son la principal causa de mortalidad en el mundo y uno de los principales factores de discapacidad
En general, todo este proceso ocurre durante décadas, por lo que pueden diferenciarse diferentes «etapas» en la arterosclerosis. Se trata de una enfermedad crónica que empieza en la infancia, y si no hay intervención, progresa a lo largo de la vida, e inevitablemente empeora con el tiempo, en ocasiones de forma acelerada. Al final de la adolescencia, la prevalencia de lesiones ateroscleróticas reversibles está directamente relacionada con los factores convencionales de riesgo cardiovascular; hacia los 30-35 años, se desarrollan lesiones avanzadas en los mismos lugares y una relación similar con el riesgo. El ritmo y el grado en que esto ocurre varía entre individuos, pero sin lugar a dudas la progresión está relacionada con la edad. En consecuencia, el diagnóstico precoz y el tratamiento agresivo de la aterosclerosis pueden ser la mejor estrategia para eliminar el riesgo cardiovascular.
La seguridad de las concentraciones plasmáticas bajas o muy bajas de cLDL está avalada por las evidencias de diferentes situaciones clínicas. Es conocido que las concentraciones de cLDL son mucho más bajas en los recién nacidos que en los niños o en los adultos. La cifra de cLDL en recién nacidos es de unos 30 mg/. Además, cabe subrayar que nuestros antepasados, pertenecientes a sociedades primitivas cazadoras-recolectoras, mientras todavía seguían su estilo de vida indígena, no desarrollaron signos de arterosclerosis, incluso en aquellos que vivieron hasta la séptima y octava décadas de la vida. Estas poblaciones tenían una colesterolemia entre 100 y 150 mg/dL con niveles estimados de cLDL de 50 a 75 mg/dL.
La reducción del cLDL cuanto más bajo mejor en las personas con ECV, aterosclerosis subclínica avanzada, disfunción miocárdica, diabetes o insuficiencia renal debe ser considerada como el tratamiento etiológico de la enfermedad, y no una auténtica prevención. El efecto causal de las LDL y de las lipoproteínas que contienen apoB en el riesgo cardiovascular viene condicionado por la magnitud y tiempo de exposición a estas partículas.
Por lo tanto, la principal conclusión podría ser que si no hay depósito lipídico en la pared arterial y la inflamación es mínima o nula, no hay aterosclerosis. Es decir, sin cLDL no hay aterosclerosis, por lo que la evolución de la enfermedad es modificable, y podría ser incluso reversible.
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