tribuna abierta
Las nuevas recomendaciones científicas acerca de la dieta
La variedad virgen del aceite de oliva es la más saludable por su contenido en antioxidantes, por lo que se recomienda su uso diario tanto en la cocina como en la mesa

EN el año 2018, la Sociedad Española de Arteriosclerosis (SEA) publicó unas recomendaciones sobre el estilo de vida y la prevención cardiovascular, y a final del pasado año se han actualizado los capítulos dedicados a la dieta, de acuerdo a las nuevas evidencias científicas ya ... que ha habido un considerable progreso científico en el conocimiento de los alimentos y de los patrones dietéticos en relación con la salud cardiovascular y donde la dieta mediterránea, el aceite de oliva virgen extra y un consumo moderado de alimentos ultraprocesados se erigen como pilares clave en la prevención cardiovascular.
El doctor Emilio Ros, amigo personal, es el primer firmante del documento y afirma que el acúmulo de evidencia científica sobre las bondades de la dieta mediterránea y del aceite de oliva virgen extra (AOVE) para reducir la incidencia de enfermedades cardiovasculares es uno de los aspectos más importantes de esta actualización. Otro concepto desarrollado en el documento, muy importante para la salud planetaria y la lucha contra el cambio climático, es la sostenibilidad de los alimentos y patrones dietéticos, y, precisamente, la dieta mediterránea es un paradigma de dieta sostenible.
Los puntos más importantes del documento son los siguientes.
El aceite de oliva puede definirse en líneas generales como el zumo de aceitunas de mayor calidad que se produce en una almazara o molino de aceite, cumpliendo siempre con unos requisitos mínimos regulados. La variedad virgen del aceite de oliva es la más saludable por su contenido en antioxidantes, por lo que se recomienda su uso diario tanto en la cocina como en la mesa. En dos estudios españoles pioneros publicados en la última década (Predimed y Cordioprev), la dieta mediterránea tradicional, rica en grasa y con una notable palatabilidad gracias a la utilización del aceite de oliva virgen como grasa culinaria, ha demostrado reducir la incidencia de enfermedades cardiovasculares (infarto de miocardio, ictus y muerte por estas causas) frente a dietas con menor contenido graso.
Los alimentos ultraprocesados, también conocidos como productos alimenticios ultraprocesados (UPP, por sus siglas en inglés), son alimentos y bebidas que se han sometido a tipos específicos de procesamiento de alimentos. Estos alimentos están diseñados para ser prácticos, para comer sobre la marcha, hiperpalatosos y atractivos para los consumidores y realizados con ingredientes que traen consigo un bajo costo de estos alimentos. Si bien en general se consideran todos perjudiciales, existen subgrupos específicos como los cereales integrales, yogures de frutas y otros postres lácteos que, al contrario, parecen ser beneficiosos ya que su consumo se ha asociado a un riesgo reducido de desarrollar diabetes tipo 2. Hay una amplia heterogeneidad entre los alimentos ultraprocesados y aquellos con alta densidad energética y elevado contenido de grasas saturadas o hidrogenadas y azúcares simples son nocivos, mientras que los que aportan un mayor contenido en fibra y micronutrientes se pueden considerar saludables.
Con respecto a los edulcorantes y las bebidas edulcoradas, las últimas evidencias sugieren un incremento de la mortalidad cardiovascular y por cualquier causa, por lo que no es adecuado recomendar su consumo como sustitutos de los refrescos azucarados.
Los zumos de fruta industriales no estaban incluidos en la guías anteriores dentro de las recomendaciones, pero se ha demostrado que, si no tienen azúcar añadido, no son perjudiciales y pueden contribuir a completar las 5 raciones de fruta y verdura de consumo diario aconsejado, especialmente en niños y personas mayores, por su facilidad de consumo.
En cuanto a café se ha demostrado que un consumo habitual de hasta 5 tazas al día de cualquier tipo filtrado o instantáneo, completo o descafeinado es beneficioso para la salud cardiovascular, aunque debe limitarse al máximo el azúcar añadido.
Se aconseja consumir cereales integrales. Las nuevas evidencias apuntan que el consumo de cereales refinados con otros reduce su índice glucémico a la vez que aumenta su palatabilidad y permite consumir más verduras y hortalizas.
Y por último está el capítulo de los lácteos y aquellos pacientes con colesterol elevado o enfermedades cardiovasculares pueden consumir leche o yogur enteros y quesos grasos, dado que no se ha demostrado que aumenten el riesgo cardiovascular.
Esta guía publicada por la SEA va dirigida tanto a la población como a los profesionales de la salud con el fin de ayudarle a tomar decisiones bien informadas sobre las mejores opciones dietéticas para reducir el riesgo cardiovascular. Si a esto le añadimos aspectos tan importantes como la práctica del ejercicio físico, el abandono total del tabaco y similares y el control de los principales factores de riesgo (tensión arterial, glucosa y colesterol), sin duda alguna lograremos un importante descenso de la enfermedad cardiovascular.
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