pásalo
Los silencios de Munigua
¿Fue un centro de peregrinación a su monumental templo dedicado a Fortuna y Hércules?
SI Baelo Claudia tiene la panorámica imponente de lo que es una ciudad que se descubre desde el mar y desde el mar se la admira, Munigua, en Villanueva del Río y Minas, posee la magia de las apariciones urbanas en el bosque, un repentino ... clamor de piedra en mitad de la selva y, quizás, afligido en su tiempo por las travesuras de faunos y silenos . Ambas ciudades béticas, por el paisaje que las envuelven y los misterios que aún guardan, nos fascinan y son capaces de condenar al silencio de la admiración al acompañante más loro que nos toque en suerte. En Baelo te hablan las olas de un mar turquesa que se asocia con sus vecinos para hacer llegar hasta Roma su garum, la salsa más preciada por los aristócratas. En Munigua, en cambio, los silencios del bosque donde se proclama, nos impiden saber más sobre un pasado tan desconocido como estimulante. Fue ciudad minera o vinculada estrechamente con la minería. Esa certeza es de cajón. Pero desconocemos las razones de su trazado urbanístico, tan ajeno a la norma oficial, nos abismamos en el asombro de un colosal templo planteado en terrazas y que por la rotundidad de su edificación lleva la clave genética con la que Roma se ufanaba de asentarse, con dos pares, en sus territorios.
A veces, la monumentalidad de un espacio arqueológico nos despista y nos seduce de tal forma que olvidamos preguntarle eso tan de los Chanclas del maestro Pepe Begines: ¿y tú de quién eres? Los alemanes, que viven en otros paralelos mentales, llevan estudiando Munigua desde hace bastante tiempo, realizándole las preguntas obligadas para saber quién fue esa ciudad que, como un complejo maya en el Yucatán, te aparece inopinadamente en mitad de la selva o del bosque. Además de minera ¿su templo dedicado a Fortuna y Hércules la convierte en ciudad de peregrinación religiosa? ¿Fue una ciudad santuario que, junto con otros posibles de la sierra, ayudó a cohesionar y vertebrar a la población alrededor del culto religioso o al del emperador? ¿Ermitas como Setefilla, Cuatro Vitas, el Rocío o el santuario de la Virgen de la Cabeza son ecos similares?
Las investigaciones actuales van por ese camino. Inquiriendo al silencio boscoso de Munigua ese tú de quién eres. Previo al asentamiento romano fue foco turdetano. Después llegó Roma y dejó la rotunda impronta de su clave genética imperial. Recuperados del síndrome de Stendhal, alemanes y españoles, quieren saber si el gran edificio que ha detectado el georradar es un macellum (mercado) o una posada para albergar a los peregrinos que iban a invocar a Fortuna y a Hércules en el gran templo de la ciudad minera. En cualquier caso, bien está que, junto con Baelo Claudia, otra de las ciudades más panorámicas de la Bética, Munigua desvele sus silencios…
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete