pásalo
Como husillos de Grazalema
A las banderas se le dan sentido poniendo en su sitio a los que vienen a pisotearlas
SE dice, abusando del hiperrealismo, que cuando te comes sin hipo mil y un ninguneos, tragas más que los husillos de Grazalema, el lugar donde más llueve de España. Tienen esos husillos fama de tragarse lo más grande, diluvios monzónicos de un microclima muy singular, ... que le ha servido a la chispa callejera para radiografiar al tipo que traga, traga y traga sin protestar ni mucho ni poco. Hay exceso de ganado lanar en esa actitud tan deshonrosa que, por propia vergüenza, disfrazamos de palabras tan honorables y bienqueda como la lealtad. Pónganse en el caso de Andalucía y Madrid en el complicado asunto de las negociaciones con Londres y Gibraltar. En cuyas reuniones la comunidad no ha sido invitada. Eso sí, la comunidad de vecinos de la Roca se sentaba en esa mesa tripartita, sin ser Estado, pero la lógica política le reservaba siempre su asiento. La cuarta silla permanecía vacía, sin dueño, con la boca tapada y la figura ausente. Esa cuarta silla es la de Andalucía. Una vez más tragona, lanar y sumisa que no ha rechistado hasta hace dos semanas. Demasiado tarde, dijo el alcalde de San Roque cuando se anunció la reunión de los de la comarca con Exteriores.
Lo curioso del caso es que, en otras ocasiones, según dejó claro Antonio Sanz, consejero de la Presidencia, Andalucía sí se sentó en esa mesa negociadora. Pero, al parecer, las buenas costumbres son las primeras que se pierden, brillando por nuestra ausencia la representación andaluza en unas conversaciones muy avanzadas. Muy avanzadas ¿en qué dirección? ¿A favor, en contra o todos por igual, que diría un capataz de los nuestros? Según Sanz, en la reunión del pasado lunes, la información facilitada por el ministro Albares fue muy superficial, poco detallistas. Un paná. Otro paripé…
A nuestra ausencia institucional le sobran los motivos para montar un pollo desde Ayamonte a Pulpí, que es nuestra forma de decir desde el río al mar. Ahí, justo en ese instante, en vez de devolverle al gobierno de Madrid lealtad, ni la que por cortesía han tenido con nosotros, debimos devolverle una denuncia en las instancias que proceda. Y declarar al ministro persona non grata en Andalucía. También cabe Marlaska que todavía no conoce Barbate…La lealtad se le devuelve a los leales. No a los que te citan en la capital para contarte el cuento de la buena pipa y elevar a la excelencia la metáfora de los husillos de Grazalema. Seguimos tragando, señores, por encima de nuestra posibilidades y sentido de la honorabilidad política. Y no sabemos nada de lo que han acordado. Ojalá, cuando nos enseñen el pacto con Londres, no haya que tirarse de los pelos ni rasgarse las vestiduras, por haber sido más leales con los desleales que cojonudos defendiendo nuestros intereses. A las banderas se le dan sentido poniendo en su sitio a los que vienen a pisotearla…
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