pásalo
Hijos predilectos
Vuestro regreso es el destino que tendréis que cumplir para una Andalucía mejor
La lista de mis hijos predilectos no rechina en absoluto con la oficial que, desde el primer ahijado al último, celebro con El Kanka cantando aquello de una Andalucía al compás por derecho, la de partirse el pecho, porque sobra corazón.
Pero también lo ... son esos otros hijos que tenemos desparramados por el mundo, llevando nuestros acentos a trabajos que no pudieron encontrar aquí y a universidades que le dan las ventajas que no hay en las de nuestra tierra. A ti, que tienes hijos lejos de nuestras fronteras, enriqueciendo su experiencia y conocimiento, anchando el mundo y esperando que algún día regresen para hacernos mejores, le dedico este artículo. Nunca desde la nostalgia ni la melancolía, tan inútil como una raya en el agua. Sino desde el orgullo de lo que significa tener raíces tan hondas como para que no nos tumbe cualquier vendaval oportunista o nos poden de forma tan salvaje como podamos por aquí a nuestros ficus centenarios.
Así que desde el orgullo y la reivindicación me crezco en la esperanza, porque lo espero todo de esos hijos que encarnan la generación de la experiencia y el conocimiento. Hoy estudian en Tubinga, Oxford o Yale. Y trabajan en Londres, Bruselas o Hamburgo. Ellos son la Andalucía que mañana crecerá con sus maletas de regreso llenas de formación y nuevos horizontes, de iniciativas y emprendimiento, para hacer por esta tierra lo que nosotros no hemos sabido o podido hacer. Y se ha hecho bastante. Pero como digo, queda mucho tajo pendiente. Queda la faena de restar la brecha que nos separa de las comunidades más ricas, que seguirán acumulando plusvalías a costa de las que nos dejemos quitar o no sepamos defender. Porque si esa generación de inmediato advenimiento tiene un objetivo irrenunciable es, precisamente, ese: el de acortar el diferencial que no solo no hemos sabido reducir con las comunidades más potentes, sino que en estos últimos cuarenta años la hemos acrecentado. La avería, hijos, es gorda. Quizás por eso estáis lejos y no por haberlo elegido.
No quiero aguar el vino de la fiesta ni salar la tarta de la celebración. Pero esto es lo que hay. No nos lleva a ningún sitio columpiarnos en el jardín de las delicias y caer en la trampa del narcisismo. Queda tanto por hacer que, las últimas estadísticas sobre riesgo de pobreza, nos retrata. A esos hijos predilectos que se desparraman por el mundo les toca regresar para tocar el cielo que alguna vez soñamos un 28F. Esa Andalucía donde hay trabajo para los jóvenes que quieran quedarse y universidades donde la excelencia no emigre por falta de oportunidades. Es vuestro destino. Que bien lo cumpliréis porque nadie os va a querer, canta El Kanka, como Andalucía os quiere…
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete