Hazte premium Hazte premium

pásalo

La buena muerte

Las academias, lejos de su cliché vintage, viven en plena actualidad

Félix Machuca

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Indi Gregory, una bebé de ocho años, londinense, ha sido nacionalizada de urgencia por Italia para que la medicina romana siguiera con su tratamiento que combate su patología mitocondrial. Un alto tribunal inglés había concluido desconectarla y, consecuentemente, dejar de luchar por su vida. No ... menos atención ha levantado el caso gallego de una madre que negó la entrada en su casa a los sanitarios que, debidamente autorizados, iban a dar fin a la existencia de su hija, para librarla de la cruz dolorosa que carga por culpa de la ELA. Vienen estos ejemplos como aceite a las espinacas para rescatar el argumento central del discurso de ingreso en la Fundación de la Real Academia de Medicina, que preside el doctor Carlos Infantes, del conocido letrado sevillano Joaquín Moeckel. Semanas atrás, el jurista del Arenal, le echó valor y argumentos a su tesis sobre el derecho a una muerte digna, que no tiene nada que ver con la eutanasia, defendiendo ante los académicos de Medicina que el derecho a la curación es inexistente. Una enfermedad puede ser incurable y poco margen dan algunas patologías para ejercer ese derecho. Sí, es un dato objetivo que la buena muerte, de la que esta ciudad sabe mucho por su advocación universitaria, existe y no exige la intervención de una tercera mano que acelere el final.

Artículo solo para suscriptores

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación