TRAMPANTOJOS
Un clásico para tiempos convulsos
En estos días de insultos y extremismos me acuerdo mucho de Manuel Chaves Nogales y pienso en cómo habría escrito la crónica de nuestro presente
Ahora que vivimos dentro de un cuento lleno de ruido y furia, sería bueno pararnos, respirar con sosiego y pensar… si es que alguien recuerda lo que es eso, pues con la inteligencia artificial parece que todo está amenazado. Este tiempo de elecciones decretadas con ... urgencia no es bueno para la reflexión. Y en los medios y en las redes sociales hay un estrépito de gritos que impide diferenciar las voces de los ecos, como diría Antonio Machado. Así que quiero regresar al periodismo de antes, a las crónicas clásicas, para descubrir ese pálpito de la historia que a veces se encuentra en los reportajes de los que supieron escribir su tiempo apartando la confusión de las malezas.
Este jueves se presenta en Sevilla una nueva biografía de Manuel Chaves Nogales. El milagro de su recuperación continúa absolutamente vivo desde que hace décadas la profesora Maribel Cintas iniciara el camino del rescate. Ahora esta publicación -escrita por el historiador Francisco Cánovas y publicada por Alianza-, nos aporta nuevas curiosidades sobre este periodista que supo contar con lucidez la terrible época que le tocó vivir.
El título de la biografía es ajustado y certero: 'Manuel Chaves Nogales. Barbarie y civilización en el siglo XX', pues justo así podríamos definir el tiempo biográfico del periodista sevillano. Chaves Nogales narró con admirable oficio esos años de barbarie y civilización donde, al mismo tiempo que se avanzaba con progresos en todos los campos, el mundo volvía otra vez al horror antiguo de las guerras.
En estos días de insultos y extremismos me acuerdo mucho de Chaves Nogales y pienso en cómo habría contado él nuestro presente. Su época no fue precisamente fácil, pero él consiguió demostrar que era posible un periodismo valiente, al menos durante un tiempo. Él, un antifascista y antirrevolucionario, escribió contra todos los extremos. Con fina ironía cargada de sensatez criticó tanto a «los pistoleritos flamencos y señoritos con rifle» como a los apóstoles de la «demagogia anarcosindicalista» y las locuras del comunismo libertario. «A costa de buenas y malas caras, de elogios y censuras, yo iba sacando adelante mi verdad de intelectual liberal», escribió en el célebre prólogo de 'A sangre y fuego' escrito desde su exilio en los arrabales de París, cuando ya no había esperanza para España y sus tragedias.
Ese prólogo debería ser de lectura obligatoria en los centros educativos, porque es una de las defensas de la libertad de expresión y de pensamiento más valientes que se han escrito. Y se hizo en medio de la guerra, mientras Europa se devoraba a sí misma. Ahora que España está tan dividida en trincheras es sanador refugiarse en la lectura balsámica de las crónicas de Chaves Nogales. Y salir de este cuento lleno de ruido y furia. Al menos para pararse, respirar con sosiego y pensar...
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