tribuna abierta
Aminer en un 2025 apasionante para la minería
Empezamos el año con retos ilusionantes y los deberes hechos, con consenso social y político en torno a la necesidad de impulsar una industria esencial para la transición energética y digital

El año 2025 se presenta apasionante para nuestro sector. Personalmente lo afronto con ilusión, al asumir la presidencia de Aminer, la asociación que representa a la minería metálica. Ya no solo en Andalucía, donde está el 90% de nuestra producción. Ahora llevaremos los intereses del ... sector a ámbitos de decisión a nivel nacional, que nos afectan como industria productiva, donde lideraremos la interlocución con instituciones, organizaciones y entidades.
Y es que la producción de metales autóctonos está en pleno auge, con numerosas investigaciones en marcha y nuevas operaciones a punto de arrancar. Éste debe ser el año de Minera Los Frailes y Cobre Las Cruces en Sevilla; Masa Valverde, impulsada por Atalaya Mining, Sandfire Matsa o el proyecto CirCular de Atlantic Copper, en Huelva; Aguablanca en Badajoz o Touro en La Coruña. Todas son iniciativas que acumulan años de investigación en innovación y desarrollo tecnológico, que garantizan los estándares de calidad y seguridad propios de la minería moderna y exigidos en los procedimientos técnico-administrativos.
La oportunidad nos llega con los deberes hechos. Existe un consenso social y político sobre la necesidad de impulsar esta industria esencial para la transición energética y digital. No podemos depender de terceros en el suministro de las materias primas imprescindibles para un futuro mejor. Es necesario producirlas aquí, donde la innovación, la eficiencia y la sostenibilidad del proceso están garantizadas.
Nos ha llevado tiempo construir este lenguaje común, pero las instituciones están alineadas en la necesidad de mantener la soberanía industrial. Por eso la Ley Europea de Materias Primas Fundamentales, que establece objetivos de extracción, procesamiento y reciclado de minerales dentro de la Unión Europea, es una oportunidad para fortalecer la industria en torno a la minería, generando riqueza a partir de esta y a lo largo de toda la cadena de valor.
Este desafío necesita a todo el mundo, incluidas las poblaciones en torno a las operaciones mineras. Estas además deben tener la tranquilidad de participar en los procesos sin la amenaza, el alarmismo y el interés oscuro de los grupos radicales que se oponen a todo desarrollo, mientras disfrutan de las ventajas de este. Propuestas de mejora, todas, radicalismo ideológico, ninguno. Europa no se lo puede permitir.
Las administraciones se están sumando, agilizando los plazos de tramitación. Ayuntamientos, autonomías y Gobierno central se esfuerzan por simplificar los procesos sin restarles exigencia, al calor del liderazgo de Europa, que ha fijado tiempos máximos para autorizar los proyectos, especialmente los estratégicos.
En Andalucía el reto es cuantificable: la veintena de empresas que tienen los 58 permisos de investigación activos en busca de zinc, cobre, oro, plata o plomo, entre otros minerales; o las que han optado a los concursos públicos convocados para obtener concesiones caducadas en 457 zonas de la comunidad, verán los beneficios de acelerar los trámites.
En la parte social, años de esfuerzo por trasladar con transparencia la excelencia del sector, el compromiso efectivo de generar valor compartido y el cuidado y la mejora de los entornos donde nos asentamos, nos otorgan un respaldo ciudadano imprescindible para el éxito de nuestras actividades.
No seremos, en todo caso, triunfalistas. Somos conscientes de lo que falta por hacer, por ejemplo, un esfuerzo por establecer un hub de innovación para el sector, un punto de convergencia en el que generar tecnología autóctona, para resolver los desafíos comunes, y crear soluciones que podamos exportar al mundo, aprovechando el excelente ecosistema de conocimiento que tenemos en Andalucía y en España.
También debemos prestar atención al desarrollo de unas infraestructuras acordes con nuestra escala: empezando por mejorar las redes eléctricas en el entorno de la Faja Pirítica Ibérica, especialmente en Huelva. Un obstáculo que puede poner en riesgo las importantes inversiones previstas.
También vamos tarde a la hora de dar respuesta a las necesidades de agua de la industria. La minería ha reducido el consumo en lo posible, con programas de ahorro y recirculación, pero son imprescindibles infraestructuras hídricas como la presa de Alcolea, clave para el desarrollo del Valle Andaluz del Hidrógeno, sobre la que existe un consenso que no se corresponde con el atraso en su construcción.
En definitiva, no sin dificultades, la industria minera llega a 2025 en buenas condiciones. Más allá de los vaivenes en los precios de los minerales, los esfuerzos realizados con éxito para superar retos como el de la seguridad, la sostenibilidad medioambiental o la social deberán centrarse ahora en otros desafíos. Pero tener como objetivo común el de impulsar una industria necesaria es tener recorrida una gran parte del camino. Y con un interesante año por delante para seguir avanzando.
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