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QUEMAR LOS DÍAS

Nos costará caro

Una sociedad que no cuida de sus mayores es una sociedad podrida

Daniel Ruiz

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Vuelve mi mujer de la residencia en la que está Carmen, su madre. Viene con el rostro descompuesto, y evidencia de haber llorado, como siempre. ¿Sabes que ya han atado también a Dolores?, me dice. A los ancianos con riesgo de tropiezo los sujetan a ... las sillas de ruedas, previo consentimiento de los familiares. A Carmen, por ejemplo, no hubo más remedio: tuvo varias caídas, y en la última, de frente contra el suelo, por muy poco se abrió la cabeza. Pero Dolores era la más indómita de la residencia. La llamábamos, de hecho, la escapista. Cada vez que íbamos a ver a Carmen, aprovechaba la confusión para intentar huir saliendo por la cancela de entrada. Era rápida, la anciana; muy poca cosa, realmente un cuerpo consumido de huesos y pellejo, pero tremendamente ágil. De joven, habría sido la pareja perfecta para el Steve McQueen de La gran evasión.

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