LA TRIBU
Provocaciones
Y se lo digo a usted, Míriam Nogueras, catalana, indigna diputada del Congreso de España
No empecemos otra vez, no volvamos a los malos tiempos idos que tanta pena nos dejaron, de un lado, de otro. No repitamos la historia, que la historia, la historia a la que me refiero, no fue precisamente un ejemplo de concordia y tolerancia. No ... le untemos saliva en la oreja a nadie, para provocarlo, que a lo mejor el otro, por pacífico que sea, se arma de dignidad y nos devuelve dos bofetadas por saliva. No empecemos a jugar peligrosamente al juego infantil de las salivas y las ofensas, esta saliva es tu madre, esta es la mía, a ver si eres capaz de pisar a mi madre. Y uno de los dos niños pisaba la saliva que simbolizaba a la madre del otro, y se liaba, bofetadas, puñetazos, insultos… No empecemos.
Y se lo digo a usted, Míriam Nogueras, catalana, indigna diputada del Congreso de España. Se lo digo a usted, so malange, que ha querido ir de graciosa y sólo ha provocado. Qué pena que nadie de allí se levantara y pusiera la bandera en su sitio, y a usted, en el suyo, la calle, lejos de los sagrados lugares de la democracia, porque usted, que ayer buscaba hueco entre militares españoles para la foto, hoy huye de esa bandera que representa a muchos millones de españoles, los mismos que le pagan a usted el sueldazo que gana. Está provocando, provocándonos, niñata. No empecemos, que después no podemos decir que no tenemos nada que ver con el fuego si hemos cruzado el bosque seco jugueteando con llamas en las manos… La religión, la patria –la grande y la chica–, las banderas, los símbolos… No juguemos, no provoquemos, que después, si un día da la vuelta la tortilla, usted será de las que se caguen patas abajo. ¿Por qué no hace eso mismo en otro lugar, con otras banderas? Lo hace donde sabe que los españoles aguantamos mucho, demasiado. Pero la misma España que ahora aguanta lo indecible, mañana puede hartarse de que le unten saliva en la oreja y salirle lo peor de ella, lo que hasta ahora nadie quiere que le salga. ¿Sabe usted una cosa, señora Nogueras? Su acción fue para que una mujer española, ofendida, hubiese subido, le hubiese dado un par de bofetadas y colocara la bandera en su sitio. Pero entonces toda la prensa diría que la mujer española es una violenta, una fascista con ganas de destruir el orden democrático, de no respetar un gesto insignificante de una señora diputada… Unos y otros nos estáis hartando, nos estáis provocando, untándonos saliva en la oreja, burlándose de nosotros, considerándonos santos de la estulticia… Y le voy a decir una cosa, niñata, si alguien se alza contra actitudes como la suya, no se extrañe, esto traen las provocaciones. Entonces, es posible que se haga usted un vestido con la bandera de España, para tratar de arreglarlo. Será mejor que no provoquemos.
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