LA TRIBU
Pasión real
En Chipiona, ha salido un paso que puede con todo: el de Paco Naval llevado a hombros por los suyos, camino del cementerio
Lo azotan, lo coronan de espinas, lo cargan con una pesada cruz y le hacen llevarla al sitio donde lo crucificarán, lo crucifican, le clavan una lanza en el costado… Celebramos en todas partes la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús. Y en todas partes ... admiramos las imágenes que nos acercan a esa pasión, Vírgenes, apóstoles, sayones, romanos, santas mujeres… Y la figura de Jesús representada en todos los estados, desde los hosannas en Jerusalén hasta que resucita. La belleza con la que el pueblo representa estos pasajes es admirable. Hay belleza en la pasión, en el llanto, en la sangre derramada, en la pena, en el corazón traspasado por puñales de agonía, en el retorcimiento del hombre –Jesús– aguantando la tortura de sus enemigos… Pero esta semana, bellísimamente contada con el silencio de las imágenes, tiene dos alegrías; una, que desemboca en la celebración de la Resurrección de Jesús; y otra, que la sangre es pintada, el sufrimiento es tallado, las lágrimas son de cristal…
Por elegir un lugar –hay más de uno, por desgracia–, elijo Chipiona y esa barbaridad de un chaval con poco más de veinte años que, de pronto, a otro muchacho al que no conocía de nada, sin mediar palabras, ni discusiones, ni pelea, le clava repetidas veces un cuchillo en el tórax que le causó la muerte unas horas más tarde. Dos muchachos del mismo pueblo; la víctima, futbolista del equipo local, padre de una niña de tres años; del matador no sé nada, lo he visto, de espalda, en unas imágenes de su detención y parece más bien bajo, delgadillo. No sé si ha estudiado, si trabaja, si es buen hijo, buen amigo, pero algo debe de habérsele alojado en la cabeza para obrar así. Porque si el ataque con el cuchillo se produjo por el placer de matar, y no padece ninguna enfermedad mental, estaríamos hablando de una alimaña, de una fiera, de un monstruo que no debe estar ni un solo día entre la gente. Pasa la Pasión por las calles de Andalucía y pasa la pasión por las calles de Chipiona, pero la sangre de los Cristos es pintada y la de ese muchacho, Paco Naval, es sangre real, sangre que fue derramándose hasta acabar con su vida. La crucifixión, la lanzada, la muerte de Jesús la representan imágenes; el homicida de Chipiona es un ser de carne y hueso, un chaval de 20 años. Si es verdad salió de su casa con un cuchillo y con la idea de matar a alguien, hay que cerrarle para siempre la puerta de salida, como a otros tantos. Semana Santa en Andalucía. Pasión, Muerte y Resurrección. Todo representado en imágenes. Este año, en Chipiona, ha salido un paso que puede con todo: el de Paco Naval llevado a hombros por los suyos, camino del cementerio. Ahora, a su familia le espera una dolorosa pasión donde no hay resurrección.
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