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la tribu

Belleza única

No hay espectáculo que, con menos elementos -agua y sol-, consiga una obra tan hermosa

Antonio García Barbeito

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LA maciza luz de la tarde sestea en la ladera, y el trigo, que ya luce espigas que cabecean con la brisa, es una locura que no sé si tiene más de verde o de oro, y el color que tiembla en el aire es ... un color que no tiene nombre, aunque llevemos viéndolo toda la vida, siempre que vinieron a tiempo las lluvias y la luz vino más tarde a completarlo todo. Por estas tierras andevaleñas que ando, tierras cascabeleras donde el fandango nace como una efímera flor de boca a la que despiertan las guitarras, el campo se mete en los pueblos, las encinas parecen animales domesticados, hechos a la cercanía urbana, y la cercanía urbana, entonces, se hace corral para parecer campo. La luz es una perfecta antorcha sostenida por la Mano, y es milagrosa, porque se mete por todas partes, encinares, olivares, dehesas, sembrados, majadas, y en todas partes obra el gran milagro de la vida. Y el agua. ¿Qué río, qué arroyo, qué rivera, qué laguna? Sólo importa el nombre: agua, agua que vino con la lluvia a resucitar al campo.

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