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En Matalascañas no hay fresas

Fue una barbaridad urbanística a cuyo lado los atentados contra los acuíferos de Doñana son una nimiedad

Antonio Burgos

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Para algunos diputados alemanes que iban a venir a ver los cultivos de fresa en el entorno de Doñana habrá sido una frustración que suspendan la visita. Les sonaría el nombre de Matalascañas de cuando pequeños o incluso tendrían recuerdos de haber estado allí un ... lejano verano de su niñez. En efecto, Matalascañas, en sus comienzos, fue destino turístico alemán de primer orden. Al hotel El Flamero llegaban autobuses cargados de turistas alemanes desde los aeropuertos de Sevilla o de Faro, a pasar una temporada con precios más baratos que Mallorca o la Costa Brava. En los puestos de periódicos se vendía el 'Bild Zeitung' y había menús en alemán en los chiringuitos y en los bares del antiguo pueblo de Torre de la Higuera, donde estaba el elegantísimo restaurante El Quijote, con personal de El Burladero de Sevilla.

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