EL RECUADRO
Los alcaldes de Triana
Con una sociedad civil muy viva, siempre hay un personaje que se desvive por el barrio
En vísperas de los días señaladitos de Santiago y Santana ha muerto el último alcalde de Triana: Paco Arcas Lucena (1942-2022), dueño del popularísimo Bar Las Golondrinas, donde en la calle Antillano Campos derrochaba simpatía y ponía las mejores zanahorias aliñadas que he tomado ... en mi vida. Sí, ya sé, Triana no tiene alcalde como tal, más que el de la ciudad de la que es Arrabal y Guarda; pero no caemos en la cuenta de la cantidad de alcaldes que hay en Sevilla, Triana aparte, porque coincidirán con el dicho de que es «puente y aparte». En Sevilla, aparte del alcalde que tiene su despacho en la Plaza Nueva, tenemos el alcalde de los Negritos, que tal es el título que ostenta el hermano mayor de la Cofradía de la Virgen de los Ángeles, ya que el titular es el arzobispo. Y existe otro alcalde, que también está en la Plaza Nueva: el alcalde de la Hermandad de San Onofre, el hermano mayor de esta corporación tan desconocida, con numerus clausus, uno de los pocos restos de la Casa Grande de San Francisco que quedó tras su derribo, integrada en la ordenación urbanística isabelina de la Plaza Nueva y donde siempre es Corpus, porque permanentemente está de exposición Su Divina Majestad en la custodia y se organizan turnos de vela para no dejar nunca solo al Señor Sacramentado. Y hay más alcaldes. En la plaza de los toros siempre se llamó «alcalde de caballos» al encargado de la cuadra de picadores. Y en cada una de las hermandades sevillanas del Rocío hay un «alcalde de carretas».
Pero lo de Triana es puente y aparte en cuestión de alcalde. Con una sociedad civil muy viva, siempre hay un personaje que se desvive por el barrio, que defiende su personalidad y sus tradiciones. De esta serie era Paco Arcas, que comenzó trabajando en un oficio muy ribereño: «embarcado». Camarero en un buque mercante. Hasta que se hartó de barcos, se hizo cartero en Barcelona, conoció a la que había de ser su mujer y se vino a Sevilla, donde abrió Las Golondrinas, muy cerca de lugar tan trianero como Los Cuatro Cantillos. Paco Arcas hizo suyos todos los problemas del barrio y fundó la agrupación trianera del PSOE, desde la que pasó a concejal del barrio en el Ayuntamiento de Manuel del Valle. Para mí que sustituyó en la entrega al barrio al farmacéutico Aurelio Murillo Casas (1913-1975), que para defender a Triana se presentó a concejal en el anterior régimen y cuya botica del Altozano («la botica Urelio», en el edificio regionalista de Azpiau), era paño de lágrimas para todo el que necesitaba ayuda. Y hubo durante algún tiempo también una alcaldesa de Triana: Susana Díaz cuando comenzó como concejal del distrito su carrera hasta la presidencia de la Junta. Bendita Triana, que cuenta con estos personajes que dedican su vida a defender el barrio. A los distintos y sucesivos alcaldes les debemos la revitalización de la en un tiempo languideciste Velada, la salvación del puente, la Cabalgata de Reyes que compite con la del Ateneo o el orgullo de sentirse tan trianero como el tabernero y sindicalista alcalde Paco Arcas, que la Señora Santa Ana tenga en su gloria.
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