TRIBUNA ABIERTA
La oportunidad de Andalucía
Nos hallamos ante una oportunidad de revertir nuestra condición de usuarios permanentes de los furgones de cola del desarrollo económico español y europeo

De la polarización creciente de la vida nacional no se libran ya ni las estadísticas, que son utilizadas como armas arrojadizas para descalificar o alabar la gestión del gobierno de turno en función de su color político. Desde el momento en que hace unos meses ... el presidente del INE, Juan Manuel Rodríguez Poo, fue invitado a dimitir porque los datos que publicaba la prestigiosa institución que dirigía no encajaban con las previsiones del Ministerio de Economía uno puede esperarse cualquier cosa.
Últimamente la diatriba se centra en comparar las cifras de crecimiento del PIB nacional con las de antes de la pandemia, como hace Núñez Feijóo para constatar que España es hoy más pobre que en 2019 y que ha perdido competitividad en el marco de la UE o hacerlo con respecto al último ejercicio, como hace Moncloa, en cuyo caso el retrato de nuestra evolución sale más favorecido. Especialmente confusas son las cifras referidas al mercado de trabajo, pues al desaparecer de las estadísticas oficiales de desempleo los fijos discontinuos que carecen de actividad no hay manera de ponerse de acuerdo sobre si en España la creación de empleo es real o ficticia.
En Andalucía la situación no es diferente. Para los responsables de la gestión de la Junta, la comunidad se encuentra por primera vez en muchos años en el pelotón de cabeza de la recuperación de la economía española. Para la oposición, sin embargo, la comunidad andaluza se ha consolidado en el furgón de cola con los gobiernos del PP, como si en los últimos cuarenta años de gestión socialista hubiéramos liderado alguna vez el ránking del empleo y de la renta de España en lugar de ocupar el último o el penúltimo lugar.
Las cifras de coyuntura de Andalucía no avalan que lideremos el crecimiento español pero apuntan en determinados indicadores a que nos hallamos ante una oportunidad de revertir nuestra condición de usuarios permanentes de los furgones de cola del desarrollo económico español y europeo. Aprovechar esta ocasión que se nos presenta será desde luego una tarea ardua que llevará algunos años.
Hasta que Yolanda Díaz no despeje la incógnita de cuantos fijos discontinuos en paro son parados, las cifras referidas a Andalucía reflejan en 2022 un descenso de 58.500 desempleados en todo el año, la tercera mayor bajada del paro en toda la serie estadística comparable en un ejercicio, sólo superada por los 67.918 desempleados menos de la Comunidad de Madrid. El buen comportamiento del mercado de trabajo andaluz en diciembre, con un recorte de 22.280 empleados, que equivalen a la mitad del descenso registrado en el conjunto nacional, contribuyó decisivamente a la bajada anual. Diciembre también reflejó un buen ritmo de crecimiento de nuevos afiliados a la Seguridad Social, con 24.945. Andalucía es la tercera, por detrás de Madrid y Cataluña, que más ha incrementado la afiliación en términos absolutos, con 58.369 nuevos cotizantes.
En esa misma línea, Andalucía ha sido también una de las cinco comunidades españolas que ganaron autónomos durante 2022, año en el que los efectos de la pandemia, la crisis energética y la inflación provocaron una debacle en el sector del comercio, los establecimientos hosteleros y las pequeñas industrias. En España sólo se incrementó en cinco el número de trabajadores por cuenta propia durante todo el año.
En términos de PIB el crecimiento andaluz en el tercer trimestre es de 3,9%, según el Instituto de Estadística de Andalucía (IECA), muy similar al nacional, que el INE estableció en el mismo periodo en un 3,8%, aunque casi el doble que la zona euro (el 2,1%, según Eurostat).
Aunque la mayor aportación al crecimiento económico de Andalucía viene del sector servicios, que ha experimentado un fuerte repunte tras la pandemia, el sector industrial ha representado una cifra de negocio notable. Según datos de la Consejería de Industria, dicha cifra es de enero a octubre de 2022 la que más crece porcentualmente de España, tras la murciana. En concreto, su crecimiento es del 29,8%, 6,8 puntos por encima de la media española, tras encadenar veinte meses seguidos de incrementos en la facturación. Otro dato reseñable es el de exportaciones: a 31 de octubre, Andalucía batió un nuevo récord al alcanzar 38.857 millones de euros, un 28,8 por ciento más que en idéntico periodo de 2021 y cinco puntos más que la media española.
Estos datos aunque muy positivos hay que contextualizarlos en la realidad económica de Andalucía, que continua ocupando en 2021 los últimos lugares de España en PIB per cápita y convergencia con Europa y la primera posición en la tasa de paro. El PIB per cápita de Andalucía se situó en 2021 en 18.906 euros, el 74,1% de la media nacional, situada en 25.498 euros. En 2020, el primer año del rebote de la crisis del coronavirus, la tasa andaluza era del 74,3%, dos décimas más alta, y en 2019 era del 73,8%, tres décimas más bajas que en 2021, último año del que el INE tiene estadísticas. El peso del PIB andaluz en 2021 era el 13,3 del nacional, un punto más que en 2020 y el mismo que en 2019. O sea, que queda mucho camino para tratar aprovechar el viento favorable.
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