LA ALBERCA
SOS desde la Caridad
Las obras de las Atarazanas están afectando al templo barroco y la Junta tiene que actuar antes de que sea tarde
La iglesia de la Caridad está en peligro. Así de triste. Estuve dando un paseo hace unos días por el hospital de la hermandad de Mañara y mientras iba hacia las cocinas por el callejón de las Aventuras, que es como se llama el pasillo ... que hay entre el templo y el muro de las Atarazanas, cayeron a mis pies varios cascotes de escayola desde un arco. Esto es literal. El traqueteo de las obras de rehabilitación de los astilleros que fundó Alfonso X ha abierto unas grietas en las estructuras barrocas de la Caridad por las que cabe el pulgar. Este periódico ya publicó que la hermandad ha tenido que poner una red en el techo para evitar accidentes porque no puede permitirse cerrar a los turistas la iglesia. Su encomiable fin social atendiendo a los ancianos exige ingresos y las visitas al templo son una fuente de recaudación fundamental para la viabilidad del hospital. Pero de todo esto han pasado los responsables técnicos de la obra aledaña. El arquitecto estelar Guillermo Vázquez Consuegra, autor de tantos célebres desaguisados estéticos, se ha lavado las manos alegando que el problema es de un colector que separa ambos edificios. Qué curioso que ese conducto subterráneo construido en el siglo XVIII haya comenzado a generar desprendimientos justo cuando han comenzando las obras de las Atarazanas. Y qué curioso que yo viese con mis propios ojos caer escombros al suelo mientras más apretaba el martillo eléctrico al otro lado del muro. Pero seguro que son casualidades que el señor Vázquez Consuegra, tan humilde siempre, ya tiene más que estudiadas.
En todo caso, el arquitecto podrá decir misa para salvar su, por cierto, muy controvertido proyecto. Pero la propiedad de un bien patrimonial como el astillero del siglo XIII seguro que no querrá que la Caridad sufra graves daños por su culpa. La Junta de Andalucía investigará lo que está ocurriendo y tomará medidas, estoy convencido, con independencia de lo que dictamine el arquitecto que dirige la obra. Supongo que hablará con la Fundación la Caixa, que tiene la concesión, y juntas se encargarán de solucionar el problema porque sería inaudito que para rehabilitar un bien se dañe otro, sobre todo teniendo en cuenta que la encargada de velar por la protección del patrimonio es la propia Junta. Los especialistas de la administración pública ya saben que la Caridad se construyó en el siglo XVII sobre la anterior capilla de San Jorge, que formaba parte de las propias Atarazanas, tras un acuerdo de compra entre la hermandad y la Corona. Por lo tanto, los cimientos de una afectan a la otra porque en su origen son la misma edificación. Y también saben, porque incluso han pedido la cesión de obras para exposiciones en el Bellas Artes, que la iglesia de la Caridad alberga joyas de Murillo, Valdés Leal o Pedro Roldán, todas ellas de valor incalculable. Así que ya habrá alguien pendiente de las grietas para evitar un desastre que, créanme, sería mucho más devastador que cualquier vibrante atmósfera de plata que se le ocurra a Vázquez Consuegra.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete