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LA ALBERCA

Querellas y tirabuzones

La verdad jamás puede ser una calumnia y en Andalucía hubo un fraude como una catedral de grande

Juan Espadas y Manuel Chaves en la sede del PSOE de Andalucía tras dar una rueda de prensa sobre la sentencia de los ERES J. M. SERRANO
Alberto García Reyes

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Durante el sitio de Cádiz, que duró dos años, se extendió por la Tacita una coplilla por cantiñas salineras con la que los rebeldes se defendían del asedio napoleónico: «Con las bombas que tiran / los fanfarrones / se hacen las gaditanas / tirabuzones». Los franceses habían caído ... en febrero de 1810 en el mismísimo puente Zuazo de la Isla de León y estuvieron dos años cercando el istmo hasta que el detestable mariscal Nicolás Soult, que había expoliado todo lo expoliable, se tuvo que dar la vuelta. Todo esto viene a que el PSOE cada vez se parece más a Soult con el asunto de los ERE. Después del saqueo, ahora amenaza con querellas a todo el que diga que bajo los gobiernos socialistas se produjo un fraude en Andalucía. Espadas primero le abrió la sede a Chaves para su representación del victimismo y ahora se ha puesto a perseguir a los adversarios políticos que osen hablar de aquel latrocinio. Va de un error en otro. El líder socialista andaluz se basa en el fallo del Constitucional que ha amparado a los altos cargos que fueron condenados, que según él, pone que «no hubo trama corrupta». Yo le ofrezco un rotulador fosforito para que me subraye el párrafo exacto donde el TC dice eso. Porque no lo encuentro. Lo que sí dice claramente la ponencia de la magistrada Inmaculada Montalbán que ha aprobado el Pleno por siete votos a cuatro es que en los ERE se constata que los hechos probados podrían ser considerados constitutivos de un delito de malversación, pero la Audiencia y el Supremo no han «argumentado que los hechos imputados fueran cometidos» por los políticos condenados, por lo que «se ha vulnerado el derecho a la presunción de inocencia». Y dice también el TC que ni la vulneración del derecho a la legalidad penal ni el de la citada presunción de inocencia pueden aplicarse a los hechos «que tenían como objeto la disposición de fondos públicos para fines distintos a los previstos en el programa 3.1 L». Para que nos entendamos: el Constitucional también ve la existencia del delito, simplemente considera no probada totalmente la autoría de los altos cargos. Siendo muy generosos, aceptaremos sin rechistar la resolución, pero que durante los gobiernos del PSOE se produjo un fraude mastodóntico en Andalucía lo saben hasta los hebreos, de manera que las querellas acabarán siendo un quebradero de cabeza para Espadas porque la verdad jamás puede ser una calumnia.

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