LA ALBERCA
Otro puyazo a los toros
El nuevo ministro de Cultura está en contra de nuestra cultura y va a levantarle un muro a la tauromaquia
El nuevo ministro de Cultura está en contra de nuestra cultura. No es de extrañar el sinsentido porque emana de un presidente que permanentemente hace lo contrario de lo que dice. Para Pedro Sánchez no hay convicciones cerradas, toda opinión es relativa, encajable como un ... blandiblú en el hueco de su conveniencia. Por ejemplo, su flamante vicepresidenta cuarta, María Jesús Montero, nos ha dicho que cuando los socialistas hablaban de «la inconstitucionalidad de la ley de amnistía nos referíamos al texto que presentaron los grupos independentistas y que seguimos pensando que no era constitucional», pero «el texto que presenta ahora el PSOE es plenamente constitucional» (sic). Cuando se pierde el decoro y el respeto a la inteligencia ajena, ni la hemeroteca es una atadura. Yolanda Díaz se dolía ayer del triunfo de Milei en Argentina aludiendo a un supuesto ataque a la democracia. A ver en qué quedamos. ¿En España la democracia es respetar la aritmética parlamentaria que han votado los ciudadanos —la división de poderes y la ley qué más dan— pero en Argentina es al contrario? La crisis contemporánea es fundamentalmente intelectual. Los políticos, que son los supuestos 'primus inter pares', discurren con una simpleza que roza lo troglodita. Esto ya no va de ideologías, sino de razonamientos. Cuando la verdad no le importa a nadie se impone la ignorancia, que es peor que la mentira. Por eso es lógico que el nuevo ministro de Cultura, Ernest Urtasun, haya dicho que «la tauromaquia es una actividad injusta, sádica y despreciable que no merece ser legal en el ordenamiento jurídico», que es algo así como si el ministro de industria dijese que hay que ilegalizar las fábricas. Él no entiende la contradicción y tampoco nos vamos a poner aquí a explicársela porque será un esfuerzo inútil, pero los taurinos ya sabemos lo que nos espera. Otro puyazo. Toca sufrir.
Urtasun fue uno de los impulsores de la prohibición de los toros en Cataluña y como todos los populistas creen que el poder les da la razón, asistiremos a un acoso gubernamental sin precedentes. Tampoco vamos a intentar explicarle que es un abuso imponer una visión particular contra la mayoría aunque un pacto entre partidos le haya llevado hasta el Ministerio de Cultura. Para esta gente la democracia es lo que ellos digan. Por lo tanto, lo mejor será ir apretando las filas en el sector para que el nuevo ministro no lo arrase. Hay que defenderse. Y quizás esta vez ya no sirva citar a Lorca o a Picasso, que son nuestros recursos más manidos. Un insensible que no tiene capacidad para emocionarse ante un trincherazo de Morante y que no siente nada al ver el vuelo del capote de Rafael de Paula o un lance inacabable de Romero no puede entender tampoco a Goya o Alberti. El propio presidente ha dicho que su Gobierno es un muro contra la derecha. Lo que no sabe es que los toricantanos que empiezan esperan pacientemente su oportunidad sentados en la tapia de la plaza. Y que los muros que levantan los incultos son más fáciles de saltar.
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