La Alberca
La foto de La Moncloa
El encuentro entre Moreno y Sánchez forma parte de la estrategia de lavado de cara del PSOE tras el cupo catalán
La foto de Sánchez con Moreno en La Moncloa es un lavado de cara. No va a servir para nada. Un líder que se pasa por el forro la convocatoria de la Conferencia de Presidentes, que lleva varios años acariciando a Cataluña con visitas periódicas ... al presidente de Generalitat, antes Aragonés, ahora su compadre Illa, y que además ha dado orden en Ferraz y en el Consejo de Ministros —tanto monta, monta tanto— de que se levante la voz contra la Junta de Andalucía para hacerle la oposición al PP desde Madrid sólo puede haber convocado a Juanma Moreno a su despacho para hacerse un retrato con el que poder decir que él es muy plural y que da su sitio a todo el mundo. Es decir, lo que busca Sánchez es montar un paripé para su partido no sufra un varapalo en el resto de regiones mientras concede el cupo catalán, que es un atentado contra la igualdad, contra la Constitución y contra los principios de izquierdas. Pero Moreno no tenía más remedio que ir porque es su obligación. El presidente andaluz le dejó una lista de deberes pendientes que Sánchez va a guardar en un cajón mientras esboza una sonrisa y nos habla de su magnánima mano tendida. En realidad en La Moncloa se conocen muy bien los agravios a Andalucía que ha cometido el Gobierno en las últimas décadas porque por allí anda María Jesús Montero, que fue quien se encargó de elaborar la lista en la etapa de Susana Díaz como presidenta cuando fueron a ver a Mariano Rajoy. La susodicha lista no ha cambiado, si acaso se ha ampliado un poco, pero ahora los papeles se han tornado y es el PP el que se la reclama al PSOE.
Las exigencias que Juanma Moreno le presentó ayer a Pedro Sánchez en Madrid son el evangelio de las necesidades andaluzas. Y en gran medida son también la razón por la que le PSOE agoniza aquí. Pero la estrategia sanchista no va encaminada a solucionar el desprecio, entre otras cosas porque no puede. La ley de la manta se lo impide. El cupo catalán va a suponer un perjuicio claro para el resto de comunidades y Andalucía, madre del 'café para todos' de Clavero, se va a rebelar de nuevo. El PSOE lo sabe bien y por eso ha organizado su Congreso Federal en Sevilla, para compensar, y ha puesto en marcha la maquinaria nacional contra uno de los principales barones que tiene el PP en España. Sánchez sabe que Moreno es un rival duro de roer y que sin Andalucía de su lado el socialismo jamás revalidará el banco azul, de manera que su táctica será la del abrazo del oso: ni un mal gesto, ni una buena acción. El presidente del Gobierno va a vender ahora que es un hombre receptivo, dispuesto a todo por los andaluces, mientras su máquina del fango le atiza a Moreno por lo civil y por lo militar. Y esto nos lleva inevitablemente a otra certeza: Madrid ha tomado el mando de la oposición porque Espadas no puede con este toro él solo. Sin darse cuenta, el PSOE está convirtiendo los ataques en elogios porque con ellos evidencia que está preocupado con el actual liderazgo andaluz. Todo politiqueo. La lista de Juanma con los problemas reales de Andalucía, como la de Montero, al baúl de los recuerdos.
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