LA ALBERCA
La estrategia del topicazo
Gobernar en España y hacer la oposición en Andalucía a la vez es una aberración política sin precedentes
La sarta de topicazos con la que se presentó María Jesús Montero ante sus militantes, batidos en codazo limpio para la foto, la sitúa a años luz de un triunfo electoral en Andalucía. Tal vez lo primero que tendrán que hacer sus asesores es ponerle ... por delante un análisis demográfico y sociológico actualizado de la región porque desde que ella se fue a Madrid las cosas han cambiado mucho por aquí. La mezcla de Blas Infante con el Che Guevara —«Por Andalucía libre, hasta la victoria siempre»— no se la compra ni un solo andaluz menor de 30 años. No va a ganar ni un solo voto con la película de que los socialistas «nos depegamos de la riqueza para trabajar por los que menos tienen». Esos eslóganes caducaron hace muchos años y ahora de lo que se habla en Andalucía es de igualdad de oportunidades frente a Cataluña o el País Vasco, territorios a los que ella ha privilegiado como ministra de Hacienda del sanchismo. Los jóvenes andaluces no entienden de la vieja dialéctica obrerista, sino del acceso al mercado laboral, de la dificultad para independizarse, del precio inalcanzable de la vivienda... Muchos conocen además el sistema sanitario de otras comunidades porque han trabajado fuera y saben que Andalucía tiene los mismos problemas que el resto, ni más ni menos, por lo que su demagogia sanitaria, después de haber sido la consejera de Salud que más camas ha cerrado aquí, no cuela. «A los que somos médicos nos duele que un chaval nos pregunte qué me tomo porque me dan cita dentro de 15 días», exclamó con su habitual energía ante la militancia enfervorecida. Hablar de sí misma como médica ya es un atrevimiento porque, como todo el mundo sabe, no es lo mismo un licenciado en Derecho que un abogado y tampoco es lo mismo un graduado en Medicina que un médico. Pero referirse al estado de la sanidad andaluza después de haber sido la consejera con las listas de espera más largas de la historia es la madre de todas las osadías. Pecados de la euforia.
Montero debe cambiar el discurso si quiere tocar pelo. Y sobre todo debe tener cuidado con lo que hace como ministra de Hacienda, que somos todos. Más allá de la aberración que supone gobernar en España y hacer la oposición en Andalucía al mismo tiempo, a partir de ahora tendremos que dormir siempre con un ojo abierto cuando la ministra tome decisiones en su ámbito que afecten a los andaluces. Porque nunca sabremos si están guiadas por el interés general o por el particular. No será fácil discernir entre las acciones gubernamentales y las de campaña electoral. Y a eso hay que añadir su mayor lastre: que aquí la conocemos. Sus sobreactuaciones progresistas de pancarta ochentera no le van a bastar. A Moreno le va a doler un poco más la cabeza, eso es cierto, pero seguro que la médica le ayuda a encontrar una receta adecuada. Entretenidos vamos a estar, eso desde luego. Va a ser divertida la pugna por Andalucía libre. Hasta la victoria siempre, por supuesto.
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