Cifras y letras en la Junta

La Cultura es actualmente un simple apellido en una consejería dedicada principalmente al Turismo. Tanto su consejero, Arturo Bernal, como su viceconsejero, Víctor Manuel González, proceden de este sector, donde tienen una dilatada y exitosa trayectoria profesional. Por eso es un error haber insertado en ese organigrama la Cultura, que ha quedado en manos de un secretario general, Salomón Castiel, que reúne muchas críticas del propio mundillo por sus experiencias previas como gerente del teatro Cervantes y director del Festival de Cine de Málaga. Castiel ha hecho una purga en la anterior Consejería que tiene difícil explicación. El caso más sangrante es el de la destitución de Eva Díaz Pérez como directora del Centro Andaluz de las Letras. La escritora representa a una generación luminosa de andaluces y ha trabajado en la difusión de nuestra literatura a pico y pala. No se le conoce ningún problema en su gestión, no ha recibido ninguna queja y, además, cuenta con algo de lo que carece Castiel, que es la admiración del sector. Por lo tanto, su cese parece estar más motivado por la necesidad de hacer hueco a otros que por un ímpetu de mejora en la institución. Es alucinante comprobar como en apenas tres meses se puede destruir el trabajo de tantos años.

Ya en el anterior mandato la Cultura empezó también torcida. Moreno apostó por una Consejería con nombre propio, no por un apellido de Turismo como ahora, pero el fichaje de Fernando Francés generó unas tensiones internas que acabaron con su salida apenas unos meses después. El segundo escalafón pasó a liderarlo María del Mar Sánchez Estrella, que fue destituida por Castiel a las primeras de cambio. Y ahora todo el equipo de esa Consejería está encabezado por malagueños. No me gusta entrar en estos detalles porque a mí me da exactamente igual la procedencia de nadie siempre que haga bien su trabajo. Lo que ya no me da igual es la criba injustificada. Y en ese sentido la coincidencia en el origen de los nuevos responsables me invita a pensar que a ellos sí les molesta la cuna de sus predecesores, salvo que alguien dé la cara y explique con buenos argumentos por qué Eva Díaz Pérez ha sido sustituida. Hasta ahora nadie lo ha hecho. El que calla, otorga.

Creo que Andalucía es un paraíso cultural que sigue dando tesoros en todos sus rincones. Creo también que subsumir la Cultura debajo del manto del Turismo es un patinazo porque hunde las letras debajo de las cifras. Y, a tenor de lo visto, también creo que Salomón Castiel no es la persona idónea para gestionar algo tan importante como nuestra seña de identidad. Para qué andarnos con rodeos.