todo irá bien
El único duelo de España
Es muy difícil luchar contra personas que prefieren morir a perder y por eso, más allá del juicio moral que su actuación merezca, la presidencia de Pedro Sánchez supone un reto extraordinario para sus rivales.
La primera vez que se ha sentido de verdad ... acorralado ha sido por Isabel Ayuso porque tanto lo de su esposa como lo del fiscal general está tensado en el origen muy concreto de los ataques a los familiares de la presidenta. Ella y Miguel Ángel han sabido entender cuál es el veneno para la rata y sólo con ellos el gran implacable –«es de acero», dice de él Zapatero– pierde la calma y comete errores no forzados.
Lo que desquicia a Pedro Sánchez de la guerra con el fiscal general es que la está perdiendo contra la presidenta Ayuso y Miguel Ángel Rodríguez. La continuidad de García Ortiz está mucho más ligada a la obsesión del presidente de no perder en este tanteo que a la voluntad del afectado por aferrarse al cargo.
Las facciones más bajas de la sociedad sólo piensan en el sexo, las mentes un poco más elaboradas se preocupan por el dinero y sólo una élite muy especial ambiciona el poder. Todas las formas del poder. Decidir sobre la vida de los demás aunque sea al precio de arruinar la suya propia. Esta élite es oscura, obsesiva, trágica y no se divierte ni se relaja ni mucho menos 'desconecta' ni se siente cómoda cuando no lo tiene todo controlado.
A Isabel Ayuso y a Sánchez no les interesa nada más que ganar y por eso son dos magníficos contrincantes y la contienda será emocionante hasta el final. Entrometerse en su camino sin su naturaleza sanguinaria es ir a perder el tiempo y algo más que el tiempo, como el fiscal general del Estado está comprobando en las últimas semanas.
Tenemos demasiadas opiniones y muy severas, y muy poca curiosidad, lo que hace que en general nos comportemos como patanes de mucha lección y aprendizaje escaso. La rabia que genera Pedro Sánchez le blinda en el poder porque sus enemigos gastan tanta energía en odiarlo que no les queda luz para entenderlo y por eso pierden. Miguel Ángel Rodríguez es de los pocos que nunca se ha dejado cegar por la furia, ni siquiera por el desprecio, de modo que ha podido usar la inteligencia para analizar y entender al rival y luego ha moldeado a su presidenta hasta convertirla en la más venenosa y letal arma de destrucción sanchista.
Y por supuesto cualquiera puede tener sus opiniones al respecto, pero no se trata de opiniones, tan baratas, tan ramplonas, sino de entender el mecanismo y su funcionamiento: la apabullante resistencia de Pedro Sánchez y la abrumadora maquinaria de demolición que la presidenta está dirigiendo en su contra. Es el único duelo político español trascendente, redentor, cuyo corazón contiene lo que forja al héroe, al ídolo y la sustancia destilada de Dios que somos cada uno de los hombres libres.
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