El último servicio de Kissinger a España
El último gran servicio que Henry Kissinger prestó a España culminó en 2010, cuando las relaciones con los Estados Unidos se habían vuelto insostenibles
Muere Henry Kissinger, figura central de la política exterior de EE.UU. en el siglo XX
Un siglo de Henry Kissinger, el profesor que diseñó un nuevo orden
El último gran servicio que Henry Kissinger prestó a España culminó en 2010, cuando las relaciones con los Estados Unidos se habían vuelto insostenibles por las inmaduras escenificaciones del entonces presidente, José Luis Rodríguez Zapatero, tanto en el desfile de las fuerzas hermanas como ... retirando de repente las tropas de Irak.
Mientras todavía era ministro de defensa, José Bono pidió ayuda a su amigo Julio Iglesias para buscar una intermediación que permitiera superar el distanciamiento y la casi hostilidad entre los dos países. El cantante, que junto a don Juan Carlos I fue durante décadas el español más influyente en el extranjero, y mejor relacionado en todas las esferas, llamó al exsecretario de Estado Henry Kissinger para que le indicara de qué modo se podía realizar el acercamiento. Bono viajo a los Estados Unidos y mantuvo en secreto una reunión con el mandatario americano y se inició a partir de ahí una desescalada en la tensión de las relaciones. Las reconciliación culminó en enero de 2010, cuando el presidente Obama invitó a Zapatero al Desayuno de Oración, un acto solemne y muy sentido para los estadounidenses.
Pedro Sánchez, en sus desplantes a Israel y por lo tanto a los Estados Unidos, y con un cambio a la vista en la Casa Blanca que no ha de favorecer los coqueteos con los terroristas, se ha quedado sin el asidero que tuvo su antecesor socialista en el cargo para rectificar y dejar de perjudicar a España con su tremendo y absurdo error. Entre la arrogancia del actual presidente, la falta de referentes válidos o por lo menos conocidos que puedan actuar en favor de nuestros intereses, y con el regreso del presidente Trump en el horizonte, Pedro Sánchez va a ver cómo se le complican sus relaciones internacionales más importantes, si es que en un cambio insospechado de estrategia no tira una vez más de su proverbial oportunismo para enmendarse en su de momento catastrófico sentido de la diplomacia.
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