todo irá bien
El sexo de los demás
No es razonable poner a una persona a luchar contra sus instintos más fundamentales
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Juan Manuel de Prada es uno de mis columnistas más queridos y sus artículos son siempre para mí una lección. Ayer escribió sobre la bendición que el Santo Padre propone para los homosexuales y defendía la abstinencia para los creyentes de esta condición. El ... artículo era como siempre un buen artículo y estoy de acuerdo en que la tal bendición es un yogur bio.
Pero en contra de la instrucción católica para los gays pienso que a nadie se le puede pedir que elimine de su vida una parte tan importante como la sexualidad. No es razonable poner a una persona a luchar contra sus instintos más fundamentales y lógicamente con el debido respeto a la Ley y a los demás uno tiene que dar cauce a sus sentimientos y pulsiones. El sexo es una elevación pero también fisiología. El cielo tiene playas –Lorca lo escribe– donde evitar la vida y hay cuerpos que no deben repetirse en la aurora. Pero eso no te condena a vivir en la represión total ni creo que Dios estuviera contento de saber que se lo exigimos a ninguno de nuestros hermanos. Luego hay familias que proteger, prestigios que cuidar, un cierto sentido de la medida y no podemos andar comiendo cada día un helado de sabor distinto. No dejes no que un exceso de emotividad destruya tu estructura y recuerda que más allá de las desavenencias, las discusiones y los contrasentidos eres la primera y última línea defensiva de tu esposa y de tus hijos.
No soy el tipo más sexual del planeta, no sé si es una confesión apropiada para la Navidad, pero realmente no soy el tipo que más necesita en este sentido. Aún así entiendo que no se puede vivir en la contención permanente y he visto que los que no tienen un modo seguro de bajar la fiebre acostumbran a meterse en líos más graves que el que querían evitar.
Que la Iglesia tenga sus normas no voy a discutirlo. Una vez lo hice y aún está mi nombre escrito en el patíbulo. En cuanto a mí, no sólo no tengo ningún problema con la homosexualidad sino que me parece fuera de lugar tenerlo. Que no haga falta convertirlo en un orgullo o en una ideología no significa que un hombre que ama a un hombre disguste a Dios ni tenga que esconderse.
El amor y la libertad son el mismo don. La compasión, el perdón. Es el centro de nuestra relación con Dios. No creo que al sexo le haya hecho ningún bien su banalización. No creo que a Dios le importe cómo vistes ni con quién te acuestas y pienso que el afán por controlar la vida de los demás tiene mucho más que ver con la mediocridad de los hombres que con la Gracia. Poner al otro entre la espada y la pared es de cobardes. No habléis más de poesía pisando las flores extrañas.
Fui independentista, ahora me apasiona España. Fui laportista y ahora estoy convencido de que acabará en la cárcel. Fui muy de Manhattan y ahora soy muy de Ibiza. Las ondas oscuras de tu andar. En todas partes he visto dar amor de verdad y en todas partes huraños que no entendían la sonrisa de Dios y la querían borrar.
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