TODO IRÁ BIEN
Marcharte de palacio
Europa no es ni una Unión, desengañémonos, es la parte débil, mantenida y tonta de un sistema formado junto a los Estados Unidos e Israel
Carne de maltrato
Junts y Vox
La UE nos ha pedido que hagamos acopio de alimentos por si estalla una guerra. No hay nada más cursi que el despecho, nada más afectado. Siempre que tomamos decisiones por despecho, o porque estamos enfadados, nos equivocamos. No hay que ir a la guerra ... por lo que nos irrita sino por lo que nos conviene.
Cuando esta Europa fatua, cínica, destensada ha sido puesta ante su debilidad, en lugar de aprender y mejorar, ha montado el número de la histérica. La idea del rearme, el desprecio a los Estados Unidos y excitar la guerra contra Putin en lugar de extremar la diplomacia y buscar formas de un futuro entendimiento para ser juntos más fuertes son demostraciones de inmadurez, de incontinencia. Esta Europa tan sola y tan perdida, de espaldas a Dios y sobrecargada de abalorios como las prostitutas.
Reaccionar es casi siempre equivocarse. Actuar pensando en dañar al otro más que en tu propio beneficio puede darte una satisfacción inmediata pero pierdes la carrera de la Historia. Europa no es un país, Europa no es un ejército. Europa no es ni una Unión, desengañémonos. Europa es la parte débil, mantenida y tonta de un sistema formado junto a los Estados Unidos e Israel. La idea que inspira y da sentido a este sistema es la resultante de la Segunda Guerra Mundial, que estábamos perdiendo hasta que vinieron a ayudarnos. Que Europa quiera ahora dinamitar el sistema que le da peso y contenido para hacer demostraciones de una unión que no es y de una fuerza que no tiene es pretencioso, vulgar como marcharte de palacio de un portazo por una discusión mal llevada, camino de la selva a ser el bandolero jefe de una tribu.
En política, como en tu familia y en la empresa, lo que trasciende es siempre el sistema y hacemos el ridículo cuando nos creemos más fuertes o que es contra él nuestra guerra, y ya no digamos si el motivo de la pelea es que estamos ofendidos porque alguien nos ha recordado la exacta medida de nuestra mediocridad o lo que debemos.
Como la mayoría de supersticiones europeas, el rearme se ha empezado a desvanecer antes de concretarse por las reservas de Italia, Francia y España. Una vez más, la presunta Unión naufraga ante la evidencia que no es más que la suma de unos Estados gastados, arrogantes y egoístas, hipertrofiados de regulación y de palabrería barata de un extremo y el contrario. Tan frívola es la ideología pacifista como este furor armamentístico con el que ahora pretendemos hacer el grande de una grandeza que cuando en las últimas décadas la hemos tenido que acreditar hemos preferido que otro nos hiciera el trabajo sucio. Cuando termines tu pataleta el sistema continuará siendo el que es y el éxito y el fracaso se medirán de la misma manera. Más irrelevante cuando más alejado del centro que articula el movimiento. Cambiar, cambian pocas cosas, salvo tu frío y claro, tu precio.
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