todo irá bien
Laporta hasta la última gota
El único que cuidaba del chico era Iván de la Peña, hasta que justo antes de renovar el año pasado, Laporta maniobró para que se lo robara su comisionista de referencia. Jorge Mendes ofreció un millón de euros al desgraciado padre y en cuestión ... de minutos saltó por los aires el trabajo llevado a cabo durante años con el jugador y su entorno. La Masía y De la Peña sabían de la naturaleza conflictiva de padre, de su catetismo, de su afán por dar la nota y pavonearse a cuenta de los éxitos del chaval, y se implicaban en el día a día del joven, protegiéndolo, hasta que apareció Mendes para llevárselo con su modo de operar que suele ser siempre el mismo: anticipar a las familias –normalmente humildes– lo que para ellas es una extraordinaria suma de dinero y que luego se cobra con la firma del primer contrato. Una vez asegurado el botín, Mendes, a quien por supuesto le traen sin cuidado los problemas familiares y de conducta de un niño, desaparece de su vida. El primer negocio ya está hecho, y si el crío confirma su estela, ya se moverán los hilos para el negocio siguiente.
Cuando Joan Gaspart decidió quedarse a Messi, el club invirtió el tiempo y los recursos necesarios para someterlo a un tratamiento de crecimiento y buscó trabajos al padre y al hermano Rodrigo –que estuvo dos años empleado de cocinero– para que pudieran vivir cerca de Leo. La Masía cuida especialmente a las familias de sus jóvenes promesas porque entiende la importancia de que los niños crezcan tranquilos y sintiéndose queridos.
Laporta en su segunda presidencia ha desmantelado las principales estructuras del club junto con sus buitres compinches. Ha malvendido lo poco de valor que quedaba y ha comprometido ingresos futuros. Al amparo de sus despiadados comisionistas ha derrochado en fichajes absurdos, fallidos y que el Barça no necesita. La misma renovación del nuevo ídolo fue un escándalo: en lugar de renovarlo de un modo discreto y después irle dando minutos, le hizo jugar un par de partidos con el primer equipo para ponerlo en el mercado, que su precio subiera, y que Jorge Mendes pudiera sacar más tajada al arruinado Barça, exigiendo una renovación más cara. ¿Alguien duda de dónde fueron a parar parte de estas ganancias?
Que Laporta no apuñaló al padre de Lamine Yamal es tan evidente como que desde que este chico 'es' de Jorge Mendes está abandonado y expuesto a los excesos de su padre. Ser futbolista y ser una estrella no significa dejar de ser un niño pero la avara mezquindad de Laporta no tiene límites y en su afán por exprimir al Barça hasta la última gota no le importa que esta gota sea de sangre, y ningún escrúpulo va a detenerle, ni siquiera el escrúpulo de ver cómo un chico pobre y prometedor, que tenía una oportunidad para salir adelante a través de su talento bien dirigido, se hunde en la confusión y en la tristeza porque quisiste rascarle cuatro perras con el mánager con el que te entiendes.
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