todo irá bien
Otro juguete
Ahora usan palabras más gruesas y son políticos menores y maleducados
Tu piel
Todo lo que ya no está
Sánchez selló en su encuentro precoital de ayer con Aragonès el apoyo de Esquerra a la investidura de Salvador Illa y en otoño Junts votará los presupuestos a pesar de que el martes el partido de Puigdemont quiso su momento de protagonismo y tumbó ... la senda de déficit.
Ahora usan palabras más gruesas y son políticos menores y maleducados, de una mala educación que no sólo está en su grosería sino en sus cantonales deficiencias técnicas; pero el independentismo ha vuelto al marco mental del nacionalismo y a su mercadeo. Crean tensión y luego la rebajan. Exigen la luna y luego se conforman con el cubo. Es lo que hacía antes Pujol y con resultados mucho más notables. Hoy lo hacen ellos con una apariencia más dura pero sin tanta inteligencia como el que inventó el juego, y enfrente tienen a esa máquina política de matar que es Sánchez, con sus nervios de acero sin igual en la política mundial.
La consecuencia inmediata de la investidura de Illa será la jubilación de Puigdemont. No sé si Junts buscará una manera digna de retirar a su fundador o le dejarán agonizar hasta que caiga como otros en el olvido. Haber perdido todas las elecciones autonómicas a las que se ha presentado y no ser eurodiputado le deja muy poco margen para tener un papel concreto en la política nacional e internacional y hasta en la de su propio partido.
Un Junts sin Puigdemont estará menos necesitado de escenificar el rebote permanente. Continuará explotando el victimismo, el tic diferencial y las retóricas aspiraciones de autodeterminación del pueblo oprimido pero sabiendo que cualquier gesticulación tiene el final de una negociación con el Gobierno para hacer ver que continúa siendo un partido útil para los catalanes. Sin la Generalitat va a tener más difícil engrasar su maquinaria pero a nadie se le escapa que si bien Salvador Illa no ha tenido más remedio que negociar su investidura con Esquerra, se siente más cómodo negociando y gobernando con Junts, y muy especialmente si ya no está el payés errante tocando la trompeta.
Es verdad que a Sánchez le sostiene un delicado juego de equilibrios pero es excesivo hablar de inestabilidad en el Gobierno. De momento, y a diferencia del PNV, sus socios catalanes no han dado muestra alguna de la inteligencia que se requiere para poder también llegar a acuerdos con el Partido Popular, de modo que es difícil imaginar que renuncien a su actual influencia –lo único político que les queda tras haber perdido la Generalitat por andar peleados entre ellos– a cambio de una probable mayoría absoluta de PP y Vox de la que poco o nada obtendrían. Esto lo sabe el presidente y lo saben los dirigentes de Esquerra y de Junts y es así como transcurre la agitada, pero en el fondo previsible, vida política de nuestro país.
Illa presidente abre un tiempo nuevo en Cataluña. También España tendrá que buscarse otro juguete, roto ya el de reaccionar a lo que diga Pugdemont como si fuera importante.
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