todo irá bien
No borren a Depardieu
La República ha reaccionado protegiendo a uno de sus ciudadanos de las fauces de la turba
Portal y gloria (23/12/2023)
Claro que fue 'lawfare' (20/12/2023)
Macron ha dicho que es un gran actor y que por un reportaje no va a retirarle la Legión de Honor y 50 artistas entre los que destaca Carla Bruni han denunciado el linchamiento a Gérard Depardieu y han pedido que se respete su ... presunción de inocencia.
Yo no sé si Depardieu es culpable pero lo que de momento hay contra él es el reportaje televisivo al que hace referencia el presidente de la República y alguna otra acusación que tiene que ver con supuestos hechos que ocurrieron hace 40 años. «No borren a Depardieu», se titula la carta de los 50 artistas, que entre otras cosas dice que nunca habría sufrido «este torrente de odio sin matices» de no ser «el gigante del cine que es». Yo no sé si Depardieu es culpable pero sé que es populismo borrar, cancelar a alguien que no ha sido ni siquiera condenado y que incluso en ese caso las enmiendas a la totalidad no forman parte de un debate culto y civilizado. También sé que el silencio nos convierte en cómplices del totalitarismo, el silencio cuando acusan a un cura de abusos y la Iglesia y sus hermanos lo dejan caer por miedo a que manche aparecer a su lado. El silencio con que rodeamos y condenamos mucho antes que los jueces –a los que tantas veces ni llegan estos casos– a artistas, periodistas o políticos avergonzados en público por acusaciones de las que tienen ellos que demostrar que son inocentes en una total y absoluta perversión del Estado de derecho. El silencio con que nos volvemos ácido y machete de la brutal destrucción del otro, que siempre es barbarie, por graves que sean las faltas que haya cometido.
Yo no sé, ni los firmantes de la carta, y el presidente Macron tampoco, si estas remotas acusaciones tienen algún fundamento. Lo que sabemos es que los méritos como actor de Gérard Depardieu constituyen una categoría artística que no puede hacer promedio con su conducta. Al señor Depardieu se le concedió la Legión de Honor por ser uno de los mejores actores franceses de todos los tiempos y no por ser una buena persona. Se puede castigar a alguien, incluso con las más duras penas, pero borrarlo es fascismo, esa pulsión de eliminar lo que nos disgusta. Yo no sé si finalmente se formalizará alguna acusación contra Depardieu. Tampoco tengo idea de cuál será la sentencia en el caso de que el juicio llegue a celebrarse. Pero mientras tanto la República ha reaccionado haciéndose digna de ella misma, protegiendo a uno de sus ciudadanos de las fauces de la turba. Y sus compañeros artistas nos han recordado que mancha más callar, y el miedo con que abandonamos a los que vienen a buscar, que el honor artístico y cívico de alzar la voz contra lo que creemos salvaje e injusto. Aunque Depardieu sea hallado culpable continuará siendo un gran actor. Aunque sea hallado inocente –¿de qué le ha servido a Woody Allen que todas las causas contra él hayan sido desestimadas?– las 'metoo' seguirán impunes hacia su siguiente cacería. Ellas son los cristales rotos de nuestros días.
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