Vivimos como suizos
Desde la virtud
Las tontadas de TikTok y sitios semejantes son lo más parecido a las costumbres extrañas para un antropólogo
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Hay antropólogos aburridísimos, como Ruth Benedict. No hay ironía en 'El crisantemo y la espada'. Claro, que era un informe para que el Gobierno de los EE.UU. conociera la cultura de Japón (en 1946 se publicó como libro). Hay quien sostiene que su trabajo ... hizo que McArthur mantuviera en el trono a Hirohito. La tía hizo el estudio sin pisar Japón. El trabajo de campo nunca fue su fuerte. Sí el de su discípula y amante Margaret Mead, a la que animó y apoyó en su idea chiflada de ir a Samoa. Mead estudió allí la vida de las jóvenes y mujeres en la isla de Tau en 1926. Comparó las adolescencias de Samoa y de EE.UU. Hoy habría podido quedarse a estudiar a sus compatriotas. Las tontadas y ocurrencias de TikTok y sitios semejantes son lo más parecido a las costumbres extrañas para un antropólogo occidental en un país lejano. Con la diferencia de lo efímero. Las cosas de TikTok, los retos, las tendencias que reflejan no siempre duran. Son, por añadir otra memez, costumbres 'pop up'. Aun así, les damos pábulo.
Hay antropólogos divertidos, como Marvin Harris o el menos conocido Nigel Barley, autor de 'El antropólogo inocente', tan desopilante como competente desde el punto de vista etnográfico. Decía Alberto Cardín en el prólogo que el etnógrafo con frecuencia no suele captar el humor de sus exóticos anfitriones, que suelen burlarse de él. Lévi-Strauss (este es de los serios) se cabreaba: «Cuando se han perdido quince días con un grupo indígena sin conseguir sacar de ellos nada en claro, simplemente porque no les da la gana, uno llega a detestarlos». Hay un complejo de Lévi-Strauss en nosotros cuando vemos que las adolescentes (o mujeres) se someten a la prueba de ponerse unos 'leggins', esa prenda imposible, para ver si queda hueco entre los muslos. Lo primero que hay que hacer es no ponerse 'leggins' o mallas si no eres el hombre de Vitrubio. Y si eres el hombre de Vitrubio y te pones mallas también vas a estar ridículo.
Que sí, que las niñas y la salud mental, que las niñas y el concepto de cómo deben ser los cuerpos, que el daño que pueden causar las redes sociales, que las inseguridades. Pero no es de eso de lo que hablo. Aunque sea de lo que se habla siempre. Tomemos como antropóloga aficionada y nueva Margaret Mead a Tina Fey y su análisis de la adolescencia en 'Chicas malas' (2004), sin redes sociales, y en 'Chicas malas' (2024), con redes sociales. Aquí hay, además de canciones, un guion aceptable para las nuevas generaciones. La «gorda virgen» es ahora «camarón cachondo». Tiene razón la guionista cuando dice que las personas son tan horribles como siempre, pero ahora expresan las maldades desde la virtud. Las listas, como Regina, saben infligir dolor, pero no se va a meter en líos. Las tontas de cualquier edad son como las familias infelices de Tolstoi, tontas con redes y sin redes.
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