Vivimos como suizos
Vaqueros
Nada que objetar a que las organizaciones tengan códigos de vestimenta, sobre todo si se trata de ir bien vestido
Es cine
Me las dio un moro
![Magnus Carlsen, durante una partida](https://s3.abcstatics.com/abc/www/multimedia/opinion/2025/01/01/carlsen-Rv9sDhDZRSPMGSZYiJxfqiK-1200x840@diario_abc.jpg)
Bobby Fischer decidió jugar en 1992 una revancha no oficial contra Boris Spaski en Yugoslavia. El todavía país tenía un embargo de Naciones Unidas y EE.UU. advirtió al ajedrecista de que no jugara. Fischer jugó, ganó y su gobierno emitió una orden de ... arresto contra él. Huyó a Hungría y acabó en Japón. Fue detenido en 2004 en el aeropuerto de Narita. Islandia le concedió la ciudadanía, pudo viajar a Reikjavik y allí vivió hasta su muerte en 2008.
Magnus Carlsen fue descalificado el viernes pasado del Campeonato Mundial de Ajedrez Rápido por presentarse con vaqueros en contra de las normas de vestimenta de la Federación Internacional de Ajedrez. Dijo que se cambiaba para el día siguiente, que no se había dado cuenta y le dijeron que no. Y él, que os jodan. Más tarde llegó a un acuerdo amistoso en el que mediaron su padre y el patrocinador del torneo. Carlsen dijo que no iba dejar de ponerse la ropa que le diera la gana. «Como principio, jugaré con pantalones vaqueros», dijo. Desde la FIDE añadieron que han aprobado una visión más flexible en la vestimenta durante el Mundial que permita algunas modificaciones en el código oficial.
Por un lado, nada que objetar a que las organizaciones tengan códigos de vestimenta. Sobre todo, cuando se trata de ir bien vestido. Hay compañías aéreas estadounidenses que en primera clase no dejan ir con vaqueros (si acaso, con chinos). Otra cosa es que se trate de enseñar cacha, como pasa con las chicas del vóley-playa y los biquinis diminutos, cuando la medida no tiene más sentido que hacer más atractivas a las mujeres con la braga pequeña y el top. Sobre todo bis, cuando los chicos juegan en camiseta. Ni que decir que las federaciones están controladas por hombres que muchas veces no han escondido que pretendían hacer más atractivo el espectáculo de mujeres dando saltos. Ese Carlsen decidiendo que se pone unos pantalones vaqueros para hacer la revolución no es ni de lejos Bobby Fischer desafiando el embargo y las órdenes ejecutivas de Estados Unidos jugando en Yugoslavia, escondiéndose en Japón y haciéndose islandés.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete