Ultramarinos

El Rey dejó de lado la microeconomía para centrarse en lo macro. En el marco. Aunque a un español pueda importarle más si puede pagar la casa que preguntarse si el TC sirve para lo mismo que la ONU. Hoy (hemos llegado a ese absurdo) el Rey tiene que defender la Constitución. Recordando, como hizo Sam Houston en 1850, que una nación no puede dividirse contra sí misma. Según Don Felipe, hay que evitar que «el germen de la discordia se instale entre nosotros». Lo de Houston lo utilizó Lincoln en su discurso de la 'Casa dividida' cuando aceptó su nominación como candidato republicano al Senado por Illinois en 1858. «Una casa dividida contra sí misma no puede sostenerse». Las frases van de boca en boca. También ahora. Mientras el Rey hablaba, en el Twitter de toda la vida había un meme (una meme, según Sánchez) que repetía «Felipe está casado con Letizia Ortiz». Y no era algo necesariamente antimonárquico. Como sostiene mi amiga Paloma Rando, España es el mejor país. Se puede ir de Sam Houston a Lincoln y de Los Javis a Violeta, concursante de 'Operación Triunfo' que soltó la frase inopinadamente. La frase que Macarena García (Irene) dice en 'La Mesías' a sus hermanas chifladas.

Constitución, Rey y el Prado. ¿Qué más? Detrás de Don Felipe se veía 'El Museo del Prado', el libro editado en Amberes por Fons Mercator Paribas en colaboración de la Fundación Amigos del Museo del Prado. Ya decía Azaña que el Prado era más importante que la Monarquía y la República juntas. El falso Felipe de Edimburgo de 'The Crown': «Todas las cosas humanas están sujetas a la decadencia. Y cuando el destino llama, hasta los monarcas deben obedecer». El auténtico Felipe de España tiró de esperanza al final, como Ma Joad, Jane Darwell, en 'Las uvas de la ira' («no podrán derrotarnos porque somos el pueblo»). «España seguirá adelante». Y nosotros que lo veamos, como diría mi abuela en un ultramarinos.