Vivimos como suizos
Reñidero
Si la vejez es una suerte de secreto vergonzoso, el fanatismo también debería serlo
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En la vejez, hombres y mujeres se confunden. Hay hombres que parecen mujeres y mujeres que parecen hombres. Como al nacer. Otros extremos también acaban tocándose. Se pitorreaba Peláez de Marisa Paredes por «ese aire que se le ha puesto como de anciana tardofranquista». ... Supongo que todos pensamos en la misma señora. La que José Juan y Cecilia Bartolomé sacaron en 'Después de…' (1983). En el Valle de los Caídos y cuatro años después de morir Franco, una militante de Fuerza Nueva decía: «Franco encontró una España destruida, deshecha, llena de piojos, llena de cadáveres, saqueada miserablemente por el comunismo y la masonería, y nos dejó una España maravillosa... ¡Una España arriba! Una patria limpia y llena de alegría, y nos la han destruido, la han dejado llena de terrorismo, de miseria, de anarquía». Los hermanos Bartolomé trataban de explicar la Transición mientras sucedía. Y casi todo el mundo estaba cabreado, los de un lado y los del otro. El documental, de 1979, no se estrenó hasta 1983.
Me gustan las viejas, Marisas o no. Que se enseñen. En contra de los piojos o de Ayuso. Se enseñen, no se ensañen. Gérald Caillat contó en 'Elisabeth Schwarzkopf. A Self Portrait' la brillante carrera de la soprano. Ella es la narradora. Pero no sale. Con 80 años, y habiendo sido un bellezón, no quiso aparecer vieja en la pantalla, dando la razón a Simone de Beauvoir en lo de que la vejez es una suerte de secreto vergonzoso. No lo es para Maggie Smith y Loewe. Su pinta con el abrigo y el bolso reluciente es una fantasía. Parece una vagabunda. A Maggie Smith se le permite ser vieja, pero fea.
Hay un lugar común que llama a Pedro Sánchez psicópata. Si calificamos así a alguien que puede ser un listo o una persona con los escrúpulos contados, también podemos poner taras a los ciudadanos zoquetes de ambos lados del muro. Por ejemplo, a quienes el 23-J votaron lo que fuera con tal de que no saliera la derecha (la española, que la catalana rancia tiene bula). El catedrático de Psiquiatría Adolf Tobeña estudió el independentismo desde la psicología social señalando el error de la intelectualidad española (lo que fuera) al tratar un movimiento social extraordinario como una patología.
A Marisa Paredes le decía Chus Lampreave en 'La flor de mi secreto' que estaba como vaca sin cencerro. El reñidero español, por utilizar el título de Franz Borkenau en 1937, está lleno de vacas sin cencerro. En la película de Almodóvar, Chus Lampreave no quería ir a la calle: «¿Para qué voy a salir? ¿Para que me mate un skinhead…? ¡Oye, no sé qué les he hecho yo a los skinheads, pero no sabes cómo me miran!». Almodóvar, que parece una señora, y Paredes (Bob Pop bromeaba con que ella y Eusebio Poncela eran la misma persona), Almodóvar y Paredes, digo, se han convertido en Chus Lampreave temiendo a la derecha cabeza rapada.
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