VIVIMOS COMO SUIZOS
Pompas
Si un frac es la antidemocracia, lo mismo el 'palabra de honor' de Yolanda Díaz es una prenda fija discontinua
Jajaganda (2/5/2023)
Malditas 'jélites' (1/5/2023)
Tenía la Reina (entonces princesa) casi 37 años cuando se dio una cena en el palacio real a Evo Morales, presidente de Bolivia. No era de gala, Don Felipe y Don Juan Carlos llevaban traje y corbata. Evo no iba con chompa, vestía una ... chaqueta elegante y cara de las suyas. Gustavo Petro, de quien Federico ha dicho que la Llave de Oro de la Villa deberían habérsela dado de la marca Rovi, no se ha puesto frac donde todos llevan frac. «Un símbolo que tiene que ver con las élites, con la antidemocracia. Yo no me voy a poner eso». Llevaba corbata. La Gran Cruz de la Orden de Isabel Católica queda mal con camiseta. Con su protesta me acordé de esa noche ya muy tarde en Murcia cuando ofrecí a una compañera de francachela dejarla en su casa en el taxi camino de la mía y me dijo que sus principios le impedían ir en taxi. Mis principios me obligan a volver sola pero tranquila a casa. No vaya a salirme un descubridor o colonizador al paso y tenga que librarme del yugo español (o albanokosovar).
Jorge Semprún hizo un traje a Guerra en 'Federico Sánchez se despide de ustedes'. Recordaba: «Alfonso Guerra no asistía jamás a las recepciones oficiales, ni en el Palacio Real ni en La Moncloa. Jamás se le habrá visto ponerse un esmoquin o un frac. Jamás se le habrá visto asistir a las cenas de gala, durante las visitas de jefes de Estado o de Gobierno. Como si tuviera una bula especial que le exonerara de las obligaciones protocolarias de su cargo… Pero si hacía el paripé de desdeñar las pompas del poder, para sacar gloria y ventaja de su aparente indiferencia, celebrada por sus fieles, y para confortar su imagen de austero hombre de izquierdas, próximo a los humildes, a los descamisados, Alfonso Guerra no despreciaba por ello los privilegios de su puesto…». Semprún llega a llamar a Guerra «un hombre de resentimiento». Mira, como Leonardo. Entre otras muchas cosas, me horrorizan las batas, las sandalias, los petos («muy moderna, pero aquí con peto no vengas») y los trajes largos. No me voy a poner eso. Pero no se me ocurre ir donde pidan un traje largo.
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