VIVIMOS COMO SUIZOS
Nunca es tiempo
Tras el discurso de Adelfa Calvo en 2018, un estudio demostró que se tiende a dar el Goya a jóvenes y delgadas
La conversación
Colorá
Carolina Yuste es joven y delgada. Eduard Fernández, canijo y feúcho. Según un estudio de dos investigadoras de la Universidad de Málaga, los Goya tienden a galardonar a actrices jóvenes y delgadas, discriminación por edad y físico que no sufren los actores. Sí, ... vale, esto no pasa solo en el cine, pasa en una vida sin Goyas.
En diez años solo se ha premiado a un 15 por ciento de actrices maduras. Paula Meliveo y Carmen Cristófol, las autoras, ya habían investigado la brecha de género en la dirección. Mira, este año ni siquiera Arantxa Echevarría, cuya película 'La infiltrada' fue una de las dos galardonadas como mejor, se llevó el Goya como directora. Aunque tampoco Dani de la Orden, director de 'Casa en llamas'. Un poco sinsentido. Son mejores películas, como mejores amigas, pero los directores no lo han hecho tan bien. Anda ya. Pero voy a la preferencia por las jóvenes delgadas y a lo del sábado en Granada dando la razón al estudio de Meliveo y Cristófol. No me he inventado los apellidos, aunque parezcan 'Bouvard y Pécuchet', la epopeya de la estupidez humana.
Se ha premiado a Carolina Yuste frente a Emma Vilarasau. Besos a Patricia, Julianne y Tilda. Es verdad que hay otro problema que es la falta de papeles interesantes para mujeres maduras. La falta de papeles goyizables. Fíjense que ayer nos contaba Carmen Domingo en 'El País' la historia de Maruja Ruiz Martos. Dos años antes que Manolo Vital, y también en un barrio de Barcelona, los vecinos secuestraron un autobús con el mismo fin. Pero la cabecilla era Maruja. Domingo, autora de 'Cancelados' (Círculo de tiza), llegó a ella por un documental sueco de 1976, 'Mujeres en lucha'.
Las autoras llegaron a su estudio por el discurso de Adelfa Calvo cuando recogió su Goya a mejor actriz de reparto por 'El autor'. Contextualizaron el discurso probando que se ha premiado a actrices según la edad y la talla entre 2010 y 2020.
Carolina Yuste (1991) está muy bien en 'La infiltrada', pero Emma Vilarasau (1959) está mejor en 'Casa en llamas'. Echo de menos el discurso que hubiera dado Vilarasau. Será añoranza de lo intangible, como en C. S. Lewis. Carmen Domingo escribe optimista en 'Cancelados' que «tal vez en un futuro no muy lejano volveremos al debate de ideas, volveremos a las discusiones con opiniones confrontadas…» Demasiado pronto, como dijeron a Gilbert Gottfried semanas después del 11-S cuando contó el chiste sobre su vuelo, que hacía escala en el Empire State. Demasiado pronto por lo mal que ha sentado a muchos el discurso de María Luisa Gutiérrez, delgada, madura y productora de 'La Infiltrada'. Mira que citar a Santiago Segura (su socio) y a las víctimas del terrorismo. No sé si es demasiado pronto o si para algunos nunca es tiempo. O que seguimos dando bombo a cuatro mentecatos en X. O, sobre todo, que no salimos de esta epopeya de estupidez humana.
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