VIVIMOS COMO SUIZOS
Latas de odios
La parodia de un político supone más esfuerzo y talento que el burdo pico y pala de la desinformación
Calamidades
Herramienta colonial
No sé si será por la burbuja, por el sesgo y por la desinformación cuando más información tenemos, pero en Instagram (vicio hipnótico) solo me salen vídeos de Kamala Harris siendo tontísima. Pareciendo muy tonta. No digo que no lo sea. Pero más allá ... del desperdicio en su desempeño como vicepresidenta, ha sido fiscal general de California. Y eso se consigue con elecciones. Venciendo con palabras (o silencios) a otro. En las series, las fiscales americanas son listas o, al menos, elocuentes. ¿Eso también es falso? Cielos. Que parezca tonta no es solo por la risa. Es una cosa que consiguen, por ejemplo, cuando dice que le encantan los diagramas de Ven. Entiendo que tiene que haber una gran descontextualización. Porque es como si yo digo sin venir a cuento que me encantan las variaciones con repetición. O como Ágata Lys soltando en 'Los santos inocentes' lo de «adooooro la música» para chufla de Juan Diego y vergüenza de Agustín González. También me ha recordado a un personaje murciano ya desaparecido y a falta de muchos hervores (neurodivergente le llamarían ahora) cuando decía que lo que más le gustaba era el bingo y que se la chuparan. También pasa cuando Kamala repite en diferentes sitios la misma frase boba que lleva preparada o da una respuesta improvisada contra la inflación hablando mucho y diciendo poco. Diciendo nada. Pero sin la gr
Trump ha anunciado que Melania va a publicar en octubre sus memorias. Se titulan 'Melania'. ¿Para qué otra cosa? No se necesita más. No vamos a pensar en nuestra otra Melania, la de Olivia de Havilland en 'Lo que el viento se llevó'. Se publican un mes antes de las elecciones, así que se suponen favorables. Me conformo con que, más allá de su «encuentro casual» con Trump, el cortejo, su maternidad y su paso por la Casa Blanca, hable de 'Vogue'. Del desprecio de la revista y su papisa hacia la mujer del tipo de color naranja, pero la más guapa primera dama que habría salido en sus páginas. En su ausencia está su venganza.
Del mismo palo, aunque bastante más divertido, es el programa de Stephen Colbert. Hay una promo donde aparecen Hillary Clinton, Nancy Pelosi, Julia Louis-Dreyfus, Alexandria Ocasio-Cortez y, lo mejor, Laura Benanti como Melania. Es tan buena como Maya Rudolph en 'Saturday Night Live' haciendo de Kamala Harris, aunque esa vuelta no se ha anunciado. En todo caso, la mezcla entre políticas de verdad y políticas o consortes de palo (Julia en la serie 'Veep', Laura en lo de Colbert) es muy desconcertante. Es verdad que allí y aquí pasa lo mismo, que los originales suelen ser tan zotes que las parodias tienen que esforzarse mucho. Una parodia es más esfuerzo que el burdo pico y pala de los agentes de la desinformación en ambos lados. De los dispensadores de las latas de odios en conserva, como Corpus Barga llamaba a Salaverría.
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